La omisión ruta para finiquitar la impunidad en Zacatecas
No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza,
ni deuda que no se pague.
Sentencia popular
Un presunto acto de omisión de Rosario Robles, siendo titular de la Sedesol y Sedatu, en la puesta en escena de la llamada “Estafa Maestra”, trazó la ruta para incluir su oscura conducta en el delito de “ejercicio indebido de servicio público”, contemplado en el artículo 214 del Código Penal Federal vigente.
López Obrador cobró la primer factura en Rosario Robles Berlanga, gracias a un acto de omisión que contempla el Código Penal Federal. A su paso cómo titular en ambas secretarías, haya o no firmado en la Estafa Maestra, tenía conocimiento del ilícito, no lo denunció y por tanto es responsable.
En Zacatecas, también las conductas de omisión serán utilizadas para el cobro de facturas por parte del poderoso grupo político de Morena, políticos resentidos a los que no les cumplieron los acuerdos, y empresarios constructores, entre otros, producto de añejos resabios desde el gobierno de Miguel Alonso Reyes, hasta el de Alejandro Tello Cristerna, guardados celosamente para el momento oportuno, el que llegó con López Obrador en la Presidencia de México.
A ello habrá que agregar, la infame campaña de descrédito en contra de Ricardo Monreal y su familia, desde micrófonos, plumas, mercenarios medios de comunicación, y pseudoperiodistas, pagada con millonarios convenios publicitarios con recursos públicos, campaña que sin duda tendrá contundente respuesta en contra del autor intelectual, y el veto por varios sexenios años a los acomedidos.
De igual forma, se sumarán con singular alegría al linchamiento mediático y judicial, el gremio independiente de periodistas que en el quinquenio de Alejandro Tello han sido sometidos, humillados, y sobajados desde la Coordinación de Comunicación Social, siempre con el trillado argumento de una austeridad inexistente.
En este sentido, el gobernador sabe, está consciente, que en su gobierno han proliferado los actos de omisión de secretarios, y Fiscalía, al ignorar acciones de corrupción que mantienen latentes los agravios de su amigo Miguel Alonso en contra de los zacatecanos, y también del grupo monrealista, al que le llegó hora de cobrar facturas.
Basta señalar, que al término de la administración de Miguel Alonso Reyes, quedó al descubierto una red de colusión de servidores públicos de primerísimo nivel que colaboraron dentro de dicha administración, en la que entre otras cosas, se manipuló la función pública para beneficiar con adjudicaciones directas a determinadas empresas y proveedores, mismos que de acuerdo con la información proporcionada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) resultaron ser empresas que facturan operaciones simuladas (EFOS).
Ante estos actos de corrupción tanto la Secretaría de la Función Pública del Estado de Zacatecas (SFP), cómo la Fiscalía General del Estado (FGJEZ), fueron omisos, se negaron a investigar, fincar responsabilidades y presentar denuncia penal en contra de quién, o quienes resultaron responsables por defraudación al erario del Gobierno de Zacatecas; a la fecha se ignora si hicieron del conocimiento a su jefe directo, el gobernador Alejandro Tello Cristerna de la existencia de los ilícitos cometidos.
Si lo hicieron por escrito quizás la libren, endosando el problema al gobernador. En caso contrario, estarán en severos problemas al término del quinquenio. En ambos supuestos, el resultado ha sido una ostentosa impunidad que agravia a más de 1.5 millones de zacatecanos, por más de 4 mil millones de pesos, más la que se acumule en este gobierno “diferente”.
Pregunta obligada: ¿Impunidad autorizada por quién?
La consignación de corruptos, cómplices y encubridores es una realidad. Bastará con mencionar las declaraciones del alcalde Fresnillo Saúl Monreal Ávila, uno de los aspirantes señalado cómo el favorito por el partido Morena, a la gubernatura en la elección intermedia del 2021.
Saúl Monreal no titubea en decir que el ex gobernador Miguel Alonso “es un ladrón y es un corrupto, por eso se le debe castigar”, por lo que en caso de llegar a ser gobernador aseguró que buscará que se castigue conforme a la Ley y se castigue a los responsables de tener al Estado como se encuentra en materia económica (…)
Desde el Senado de la República trascendió: No habrá ningún tipo de acuerdo entre Ricardo Monreal y Alejandro Tello, que permita a este último, siquiera albergar una remota posibilidad de impunidad para aquellos que hoy siguen siendo omisos en su responsabilidad de combatir la corrupción, cómo tampoco para aquellos que en el gobierno de Zacatecas continúan llenándose los bolsillos emulando la administración de Alonso Reyes.
Los rubros de la corrupción siguen siendo los mismos: licitaciones amañadas, contratación y pago de contratos millonarios a despachos especializados por conceptos de asesorías (propiedad de funcionarios con prestanombres), trabajadores con dobles y hasta triple plaza, y no se diga los ofensivos “aviadores” que durante el sexenio de Alonso Reyes, y el de Alejandro Tello han cobrado sin trabajar, incluso algunos con salario de nombramiento de director y hasta con “bono extraordinario” de 20 mil pesos mensuales.
Si alguien sabe que nada está bien en Zacatecas, es precisamente Alejandro Tello, y más ahora que el Gobierno de López Obrador cobró la primer factura en Rosario Robles Berlanga. Mientras tanto, secretarios, asesores y plumas baratas, intentan convencerlo que todo está bien.
Faltaría preguntarles: ¿Bien para quién?
En Zacatecas habrá cárcel para muchos, incluso para los que hoy presumen que para ellos no…
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