El chiste se cuenta solo…


Si a mí me han perseguido, 

también a vosotros os perseguirán

San Juan 15, 18-2

Después de la vergonzosa, pero justa derrota en las urnas a manos de López Obrador y su híbrido Morena, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, flamante presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), arranca su reinado con ocurrente slogan: 

Regresaremos (¡!)

Los creativos del “PRIMOR”, impulsan esta frase cómo amenaza de regreso al poder, a la Presidencia de la República. Lo que les falta informar, es porqué pretenden regresar, cuando 30 millones de encabronados ciudadanos los echaron del poder.

La lectura lógica a esta grotesca ocurrencia, anunciada ante un pueblo urgido de justicia, mejor dicho de venganza, en contra de sus eternos explotadores, es que regresarán lo robado durante más de 8 décadas de haber permanecido en el poder, en las que llevaron al país a niveles de corrupción dignos del Récord Guinness. 

Al respecto, bastará con observar el descarado enriquecimiento de miles de familias del viejo PRI, que sin rubor alguno ostentan, y que según estos les abrió las puertas de la High Society, la que en realidad, en versión México, se traduce en “los ricos del pueblo”.

En las entidades federativas en las que aún gobierna el PRI, se puede observar por lo menos a las nuevas generaciones de aquellos “priístas de cepa”, cómo se hacen llamar, presumiendo sus empresas, hoteles, hospitales, invernaderos, ganado de alto registro, concesiones de radio y televisión, agencias automotrices, empresas constructoras, etc., cómo distintivo de impunidad, que con cinismo presumen cómo “inversiones por México”. 

Para nadie es un secreto que el PRI buscará urgentemente la necesaria cercanía con el Gobierno de la República, primero, para garantizar la conservación de la opulenta y ofensiva forma de vida de sus gobernadores a costa del erario, y seguir utilizándolos cómo fuente de financiamiento, plataforma de relanzamiento en las lides electorales, y por supuesto, para la necesaria, pero sobre todo urgente impunidad que los libre de pisar la cárcel.

Durante las últimas 2 décadas previas a la derrota infligida a manos de un terco, obsesivo López Obrador, el PRI, lejos de corregir el corrupto andar de sus gobernadores, secretarios de Estado, legisladores y su prole, optaron por dar continuidad al voraz enriquecimiento a costa del pueblo, pero también, haciendo público su valemadrismo ante cientos de miles de crímenes, y la cruel violencia producto de sus acuerdos con el narco, y delincuentes de cuello blanco. 

Bien entonces, si realmente “Alito” (ternurita), cómo se hace llamar, deberá demostrar con hechos que lo que queda de su partido político tiene una seria intención de regresar al poder, deberá frenar la galopante corrupción que aún prevalece en las 12 gubernaturas y más de 500 ayuntamientos priístas, para posteriormente, antes que lo haga la Unidad de Inteligencia Financiera (SAT), poner a disposición de la autoridad correspondiente a sus corruptos correligionarios, propuesta que en realidad se convierte en una ilusa utopía del autor de esta opinión personal, conociendo el rancio y corrupto linaje de los otrora poderosos priístas.  

Finalmente, no se debe ignorar las centenas de investigaciones en marcha, y su inminentes consignación ante la autoridad correspondiente de corruptos priístas y de otros partidos políticos, exgobernadores y gobernadores en funciones, secretarios de Estado, exlegisladores federales, así cómo de “líderes sociales”, que hicieron de los programas gubernamentales, y del tráfico de influencias su modus vivendus, siempre a costa del erario. 

Serán la UIF y la FGR los que por justicia o llana venganza, pondrán a buen recaudo a corruptos, corruptores y cómplices.

“Regresaremos”, porqué, cómo para qué…