Fondo Minero y José Narro someten a empresarios y gobierno de Zacatecas
Los abusos, aun en el Estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan
Joseph Sanial-Dubay
El Fondo Minero no debió de desparecer del Presupuesto de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal 20120, a pesar de la opacidad y corrupción de gran número de gobernadores y alcaldes, pues los 4 mil 500 millones de pesos irán a parar a manos de maestros y padres de familia, y al carecer de reglas de operación, será como tirarlos a la basura. Se debió de modificar las reglas de operación para supervisar su buen ejercicio y no desaparecerlo de un plumazo.
En este sentido, en graves, gravísimos problemas se encuentra el gobernador de Zacatecas ante la megadeuda que le heredó el exgobernador Miguel Alonso Reyes, la extinción de Fondo Minero y el activismo hampón senador de Morena José Narro Céspedes, este último, dedicado a exprimir a la empresas mineras de Zacatecas con el apoyo del también senador Napoleón Gómez Urrutia, el que por cierto sigue sin regresar 55 millones de dólares a los trabajadores mineros agremiados en su organización sindical.
En cuanto al Fondo Minero, producto de la Reforma Fiscal, en enero de 2014 en la que se establece el pago de Derechos Especial, Adicional y Extraordinario para empresas mineras. Así nació el llamado Fondo Minero y este pasó a mejor vida a criterio y voluntad de una mínima mayoría de senadores.
El argumento del titular del Poder Ejecutivo Federal, es destinar los 4 mil 500 millones que se distribuían en municipios de 28 entidades, pero a partir del próximo año los recursos se canalizarán en 85 por ciento a la secretaría de Educación Pública, o sea a la educación.
Aceptando sin conceder que el objetivo sea loable y realmente llegue a centros escolares y padres de familia para la manutención y edificación de un mayor número de escuelas, y no a manos de la CNTE; la administración y destino de estos recursos desde la creación de este fondo sigue siendo un misterio.
Carlos Pavón Campos secretario general del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico Frente, en entrevista fijó su posición en cuanto a los impuestos a la industria minera. “Estos deben destinarse a los municipios, y no a los gobiernos estatales que los utilizan en forma discrecional”.
Sin embargo, una gran mayoría de gobernadores que tienen municipios mineros, se han distinguido por su gran opacidad en el manejo de los recursos de este fondo, favoritismo para los de su partido político, pingüe negocio con constructores favoritos de cada administración, y por supuesto, para sacarlos del atolladero cuando el presupuesto estatal no les alcanza.
Al momento de escribir este despacho, no se recuerda un informe claro, transparente, oportuno del destino de estos recursos por parte de gobiernos estatales, al igual que el destino final, pero sí, se escucha el lastimero lamento por la pérdida del Fondo Minero, reclamo con destinatario a la Federación, recursos que en realidad los habían convertido en sus “cajas chicas”, de las que solo los gobernadores y secretarios de finanzas conocen en manos de quién quedaron.
Una ladilla llamada José Narro Céspedes
Efectivamente, cómo un insecto, como un parásito muy pequeño, similar al piojo, pero de cuerpo casi redondo, que vive en el pubis y otras zonas vellosas de los seres humanos que de alimenta de dermis muerta y sangre de sus víctimas y que se reproduce con gran rapidez, así se ha enquistado no sólo en la Cuarta Transformación, sino en el tejido social de Zacatecas,
Incapaz de hacer de las suyas durante los gobierno de Ricardo Monreal, Amalia García y Miguel Alonso, Narro Céspedes, sobreviviendo a la sombra de Carlos y Raúl Salinas de Gortari, a la llegada de Alejandro Tello a la gubernatura de Zacatecas, encontró una mina de oro, aprovechándose de un gobierno frágil, omiso, sin oficio político, improvisado, pero sobre todo, maniatado por la corrupción heredada y la megadeuda de más de 7 mil millones de pesos, que hoy injustamente pagan los zacatecanos.
Habiendo logrado convencer a López Obrador de su convicción “democrática”, arriba a una escaño por el partido Morena y abiertamente da rienda suelta a sus ambiciones personales, para lo cual utiliza a su sumiso alfil Felipe de Jesús Pinedo, ahora socio de Narro Céspedes en varios negocios, y quien por cierto también propietario de 3 minas.
Desde la mina de Peñasquito, pasando por la Cervecera Grupo Modelo, y ahora la mina Francisco I Madero, propiedad de Grupo Peñoles, en el municipio de Morelos, Narro Céspedes y sus secuaces paralizan sus actividades a través de la manipulación de ejidatarios, generando millonarias pérdidas como si el estado estuviera en bonanza, sin que hasta el momento el gobierno estatal haga absolutamente nada al respecto.
Ante la pasividad del gobierno estatal, mineros fresnillenses de la sección 62 del Sindicato Nacional de Minero Metalúrgico Frente, se trasladaron al municipio de Morelos para desalojar a los revoltosos narristas que impedían las actividades de la mina Francisco I Madero del Grupo Peñoles, quienes al enterarse del arribo de las huestes de Carlos Pavón, pusieron pies en polvorosa y así recuperaron su fuente de trabajo.
Quizás nadie le ha dicho a gobernador de Zacatecas que uno de los medios para recuperar la confianza de la gente, pero sobre todo el control del estado y su gobierno, será fincando responsabilidades a los corruptos de ayer y hoy, transparentando el ejercicio de los recursos públicos, abriendo la información, rindiendo cuentas, informando a los ciudadanos, a los contribuyentes, de la captación y aplicación de los recursos ejercidos del Fondo Minero, de los impuestos de hospedaje, nómina, infraestructura, etc., y después aplicar el peso de la ley en contra del hampón José Narro Céspedes y su pandilla.
No olvidar, nada es para siempre…
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