Fuerzas Armadas estorban a López Obrador

Sólo los muertos han visto el final de la guerra… 

Platón

“Si por mí fuera, yo desaparecería al Ejército y lo convertiría en Guardia Nacional, declararía que México es un país pacifista que no necesita Ejército y que la defensa de la nación, en el caso de que fuese necesaria, la haríamos todos”, dijo López Obrador a La Jornada.

A 4 meses de la declaración del titular del Poder Ejecutivo, su deseo comienza a tomar forma, motivado por la elevada influencia de importante número de asesores cubanos, bolivianos, argentinos, y venezolanos residentes en México, pagados por el Gobierno de la República, encargados de la “socialización” del país, que se pretende convertir en la columna vertebral del socialismo latinoamericano.

La aplanadora de Morena en San Lázaro, va por la “democratización de las fuerzas armadas”. En su primera batalla legislativa, los diputados morenistas subirán al pleno del congreso una iniciativa para reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, el Código de Justicia Militar, la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) y la Ley Orgánica del Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjército).

Se pretende derogar el fuero de guerra, crear jueces penales federales en materia militar; acabar con los artículos que definen las competencias de los tribunales militares; derogar todos los artículos relacionados con la conformación del Tribunal Superior Militar, los Juzgados Militares y el perfil de los Magistrados y Jueces Militares. 

Los diputados también pretenden modificar la Ley del ISSFAM para que en un futuro inmediato el director general del instituto sea nombrado por los integrantes de la junta directiva y que ésta a su vez pueda nombrar a los funcionarios y empleados de las distintas áreas a partir de las propuestas hechas por el director general.

Derogar el fuero de guerra, redefinir el papel y los límites del aparato de justicia militar, revisar a fondo la cadena de mando y acabar con la discrecionalidad en la aplicación de la ley castrense son algunos de los aspectos de la gama de reformas que Morena planea sean aprobadas en el Congreso de la Unión.

El paquete de cambios es más amplio y tendrá efectos a profundidad en las estructura, funcionamiento y dinámica de las fuerzas armadas mexicanas. El proyecto detalla que históricamente los mandos de las fuerzas armadas han defendido la existencia del fuero de guerra porque así les ha convenido, argumentando que derogarlo o modificarlo equivaldría a acabar con la disciplina militar. 

El texto señala que la idea de los mandos es que el fuero de guerra, en esencia, constituye un severo cuestionamiento a lo que debe ser el estado de Derecho. En este contexto, el proyecto señala que trasladar los juzgados militares al Poder Judicial, no significa atentar contra la disciplina militar, más bien es la única forma de dotar a los integrantes de las Fuerzas Armadas y sus familias, de seguridad jurídica, como elemento mínimo de protección de Derechos Humanos dentro de la institución, a través de jueces independientes, libres de adoctrinamiento, que no obedezcan ciegamente a las órdenes muchas veces prejuiciosas de los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina.

Ello significaría inclusive trasladar la investigación de los delitos estrictamente contra la disciplina militar, a la Fiscalía General de la República para otorgar certidumbre jurídica a la comunidad militar.

El análisis en la exposición de motivos advierte: En las fuerzas armadas mexicanas existe una simulación de justicia y que esta constituye el sustento de la impunidad en la cadena de mando, empleando la complejidad del sistema militar para entorpecer las investigaciones de origen civil y deslindar así a los altos funcionarios para que en los casos de operaciones fallidas, solo se procesen penalmente a los oficiales subalternos y personal de la tropa, socavando la moral y la efectividad operativa de las fuerzas armadas”.

El razonamiento que presentarán los diputados de Morena asegura que la decisión del legislador plasmada en las leyes militares de 1917 ha sido un error, pues dejó en manos de una sola persona o corporación un conjunto de poderes que han permitido un manejo discrecional de la justicia militar.

Por estas razones los legisladores pedirán que el pleno apruebe la derogación inmediata del fuero de guerra o justicia militar, y que este, se limite exclusivamente para una potencial situación de guerra.

Temas como la creación de un Estado Mayor Conjunto, la reducción en el número de generales y almirantes, la eventual llegada de un funcionario civil al frente de una única Secretaría de la Defensa Nacional. La obligación para que su titular comparezca ante el Congreso de la Unión para rendir cuentas de su administración y la recomposición de la orgánica del Ejército Mexicano son también parte del paquete de reformas que Morena presentará en la Cámara de Diputados.

Algunos de los puntos del proyecto de iniciativa son los siguientes: La desaparición del Estado Mayor Presidencial y su sustitución por un cuerpo especial de protección al Presidente Constitucional, para romper esa subordinación material del Ejecutivo a la élite militar, que hasta la fecha le ha permitido fijar su propio limite en otorgamiento de privilegios por encima de la soberanía nacional.

La fusión de las fuerzas armadas de tierra, mar y aire, en una única Secretaría de la Defensa Nacional, al mando de un Secretario de Defensa civil, e incorporando de expertos civiles, libres de adoctrinamiento militar y por lo tanto sensibles a los problemas sociales y su relación con el tejido social.

Generales de división en retiro Carlos Demetrio Gaytán Ochoa Mauricio Ávila Medina y Sergio Aponte Polito, que se han despeñado en cargo de relevancia dentro del Ejército, han alzado la voz para inconformarse con López Obrador y advertir que a la milicia no le gusta como está gobernando. 

El fallido operativo en Culiacán, Sin., el 17 de octubre del año en curso, en el que se dejó en libertad a Ovidio Guzmán después de su presunta captura, hecho que provocó la denostación del Ejército, responsabilizándolo por el fracaso e la operación, siendo que en realidad fue de Alfonso Durazo. Esta fue la gota que derramó el vaso, detonando la justificada inconformidad de los militares de alto rango. 

Ante esta situación, López Obrador precisó que sus mensajes en redes sociales, en los que descartó que haya condiciones para que haya un golpe de Estado, surgieron del “imprudente” discurso del general Carlos Gaytán Ochoa ofrecido en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional el pasado 22 de octubre.

“Surge esto también porque la declaración del general es imprudente, tiene todo su derecho, a expresarse, a manifestarse, pero si leen ustedes el texto, hay una actitud poco mesurada. Recuerdo algo que dice, hay una ideología dominante, que no mayoritaria. Un lenguaje bastante, bastante, bastante conservador, y estamos enfrentando eso también con la transformación”, comentó el mandatario en su conferencia matutina.

A pesar de la pública inconformidad al interior de las fuerzas armadas de México, Generales, Almirantes, y oficiales de alto rango en activo, mantienen silencio ante la amenaza latente de ser reprendidos, sino además, perjudicados en sus haberes, créditos, prestaciones, etc., además del bloqueo para los asensos que por derecho les corresponden y en su momento su retiro.

Generales, Almirantes y oficiales evitan permear su inconformidad entre sus subordinados, los que ante la ausencia del diagnóstico y pronóstico que apuntan a una campaña en contra de las fuerzas armadas, olvidan que la pradera está seca, y al momento que esto suceda el mando no será suficiente para apagar el incendio al interior de la tropa y marinos. 

Tarde será cuando se den cuenta por sí mismos de la desaparición de sus instituciones, sus haberes, grados y prestaciones para pasar a formar parte de unidades “militares” sometidas a un mando civil.

Generales y Almirantes se equivocan. Su silencio y disciplina no evitará detener el proyecto socialista del gobierno de López Obrador, en el que las fuerzas armadas son el último dique que impide al presidente a transformar este gran país y sus instituciones en una burda copia de Venezuela u algún otro país socialista.

Al tiempo señores…