La 4 T y Los Moches
La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes…
Charles Bukowsky
Habiéndose aprobado el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal 2020 (PEP), esta práctica parlamentaria dejó tras de sí un claro mensaje: Los que en antaño pedían moches en privado, hoy critican lo que ayer fue parte de su modus vivendus.
Para nadie es un secreto que los llamados “moches” fueron los que hicieron millonarios, qué digo millonarios, multimillonarios a legisladores y por supuesto, a dirigentes “sociales”, que de cada proyecto ordeñaban hasta el 30% del total de los recursos públicos.
Sin caer en exageraciones, por lo menos el 75% de los legisladores de la 4 T, pertenecieron al PRI, ahora PRI-MOR, y por supuesto también acudieron a los llamados moches para alimentar a sus organizaciones sociales, campesinas, etc., pero principalmente sus bolsillos.
Como atinadamente expresó en tribuna (Centro Banamex) el diputado Fernando Galindo Favela: “Lo que hoy critican (Morena) en público lo pidieron y en privado se los negaron”.
Con excepción de los diputados producto de tómbolas, la mayoría de los restantes tienen su historia, fueron priístas, perredistas, panistas, petistas, etc., que vivieron y continúan viviendo del sistema que hoy critican y denostan.
De ninguna manera se justifican estos actos de engaño al pueblo, de corrupción, que en México han permitido hacer de la pobreza el mayor negocio, con mayores dividendos incluso que la trata de blancas, el tráfico de personas, de armas, de drogas, que hoy se ve reflejado en suntuosas vidas que con sus salarios jamás podrían haber obtenido.
Sin embargo, estas perniciosas prácticas no pueden ser el pretexto para desde el poder mermar los escasos contrapesos ante la avasalladora mayoría de Morena en ambas cámaras, que en aras de seguir fortaleciendo un mal llamado “centralismo democrático”, que frisa en arrogante autoritarismo impulsado desde Palacio Nacional.
Hace algunos ayeres López Obrador en entrevista aseguraba: El PRI manipulaba el PEF para generar falsos escenarios de prosperidad, dar ayudas personalizadas y obtener los votos; si el PRI no utiliza el presupuesto no ganaría elecciones (…)
Ahora hace exactamente lo mismo sin rubor alguno, pues su argumento principal es: “no somos iguales”. Sin embargo, López Obrador sustituyó el experimentado oficio político del viejo PRI, por una abierta imposición que a mediano plazo los sectores sociales agraviados le pasarán la factura en el proceso electoral del 2021.
No somos iguales, tiene razón…
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