El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente

Lord Acton

Ingenuos aquellos gobernadores que creyeron que con asistir a reuniones de “amor y paz” (Conago), y al populista “informe” de López Obrador en la zona VIP tendría reciprocidad, mejor dicho, compasión con sus respectivos gobiernos. Nada más falso. Después de tantos años no han entendido el objetivo del presidente, que en síntesis va por todo el pastel, por todo el país.

El presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que, periódicamente, dará a conocer el quién es quién en seguridad y en este informe exhibirá a los gobernadores que asisten y a los que no a las reuniones de coordinación de esta materia.

López Obrador informará qué gobernadores prefieren dormir hasta más tarde en lugar de asistir a las reuniones de coordinación de seguridad para atender la alta incidencia delictiva en sus estados.

Ayer, durante su conferencia matutina, reprochó a los gobernadores que no se aplican en el combate a la violencia y adelantó que presentará un reporte de manera periódica, así como el pase de lista de los mandatarios estatales que no acuden a los encuentros de coordinación (Excélsior03/12/19).

El presidente quiere terminar con el Pacto Federal, como ya lo hizo con la Ley Coordinación de Fiscal, al borrar de facto a los mandatarios estatales supliéndolos con la figura de los “súperdelegados”, quienes no solo desplazaron a los gobernadores en el manejo de los recursos federales, sino además, pretenden convertirse en sus supervisores, en sus pilmamas.  

El presidente cree ingenuamente que los gobernadores están obligados a seguir al pie de la letra la centralista línea de su gobierno como si estuvieran en el Kremlin, bajo la dictadura proletaria Stalin y AMLO fuera el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, perdón, estamos en México.

Algo olvida López Obrador. Los delitos del fuero federal como lo son el narcotráfico, el trasiego de armas de uso exclusivo del ejército, con las que han asesinado por lo menos al 80% de los 30 mil ejecutados en los que va de su sangriento sexenio, es única responsabilidad de la Federación, de nadie más, así lo reclamaba el presidente en su eterna campaña.  

También olvida los notables e injustos recortes al presupuesto los estados aportan a la inseguridad; el fracaso de su Guardia Nacional”, del titular de Seguridad Pública Alfonso Durazo, y por supuesto, la entrega de la plaza de Culiacán a manos de Cártel de Sinaloa, operativo en el que demostraron su ineptitud, y aún así se atreve a exigir y enjuiciar a los gobernadores 

¡Que no la chingue! 

En este tenor, también hay que reconocer que los gobernadores de “oposición” dejarlo de serlo. Como dijo Alejandro Tello gobernador de Zacatecas, nos quiere convertir en simples pagadores de raya. La culpa de es de ellos, pues saben que López Obrador va por todo el pastel, mejor dicho el país, y en lugar e levantar la voz, inclinan la cerviz en un acto indigno para sus gobernados, mínimo deberían levantar la voz, que saquen a a la gente a las calles sería misión imposible, pues nunca de preocuparon de sus necesidades, ahora con qué cara les pedirán apoyo.  

Que lo gobernadores no lloren, mejor que retomen su papel de opositores, como en su momento los hicieron los morenos desde todas las franquicias políticas mal llamadas partidos políticos de “izquierda”, que trajeron jodido al presidente en turno y no se diga a los gobernadores ahora llamados “conservadores”. 

Así o más claro…