Secuestrado
El secuestro del Coordinador Nacional de Ganadería del Gobierno Federal David Monreal Ávila, y aspirante a la gubernatura de Zacatecas mejor posicionado, ha impactado en forma importante en los círculos políticos más influyentes de la llamada “izquierda” mexicana, cuyas ondas sísmicas han alcanzado el Senado de la República y Palacio Nacional.
Las pesquisas apuntan la autoría intelectual y material a cercana, cercanísima colaboradora, gestora, representante personal, asesora, publirelacionista, consejera sentimental, y permanente anfitriona en eventos de carácter privado del funcionario federal y militante del Partido del Trabajo (PT).
De acuerdo a las investigaciones, el secuestro se planeó desde el primer semestre del 2018, en el clímax de la campaña a la Presidencia de México Andrés Manuel López Obrador, etapa en la que ya se vislumbraba una aplastante victoria del político tabasqueño. El plan dio inicio formalmente posterior al nombramiento de Verónica Díaz Robles titular de Programas Federales para el estado de Zacatecas.
La principal sospechosa, estableció un exclusivo círculo de políticos-empresarios, que financiaran la logística y operación, a pesar que en pasados procesos electorales, fueron acérrimos enemigos del funcionario federal, ahora protagonistas del libro “La infamia” autoría de Ricardo Monreal; la presunta responsable los fue acercando en reuniones privadas de “reconciliación” con promesas a nombre del aspirante a cargos y/o candidaturas en el proceso electoral 2021 hasta lograr de nueva cuenta la confianza del político fresnillense en sus ex enemigos, hoy amigos políticos.
La experiencia adquirida en traiciones por la autora intelectual y material del secuestro, dio inicio precisamente al término del gobierno Ricardo Monreal, a quien vendió (literal) a la exgobernadora Amalia García Medina, y a su hija Claudia Corichi García, para después repetir la traición entregando a madre hija al gobierno de Miguel Alonso Reyes, siendo el último en ser utilizado como moneda de cambio al ser rechazada por Alejandro Tello Cristerna, quien con rotundo no se afirma le respondió: Se te olvida que fui su secretario de Finanzas (…)
En este tenor, entabló cercanísima amistad con la “súperdelegada” Verónica Díaz Robles, llegando al grado de “comadre”, toda vez que esta es la persona más allegada y de confianza de David Monreal. Habiendo echado andar la operación, se convirtió en su representante exclusiva, personal, que placea al aspirante, y en su nombre gestiona recursos y apoyos para su candidatura, así como, también obras, insumos y servicios en algunas delegaciones federales del estado de Zacatecas. c
Estas actividades han quedado registradas por las cámaras de C-5 del Sistema de Seguridad Pública del gobierno de Zacatecas, las CCTV de las instituciones y restaurantes en los que cabildea las gestiones, así como los cónclaves en el domicilio particular de la multicitada consejera del IZAI.
Su domicilio particular los convirtió en el “bunker” del funcionario federal, el que a la fecha utiliza para todo tipo de reuniones, principalmente de carácter privado, intimas. La anfitriona ha llegado al grado de regatear a la familia del fresnillense hasta la celebración de su cumpleaños, fecha que el aspirante a gobernar Zacatecas debió de compartir con sus hijos y cónyuge, y no en el multicitado domicilio.
Efectivamente, se trata de Norma Julieta del Río Venegas, Comisionada del Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IZAI), quien trazó con astucia la ruta crítica para secuestrar al aspirante por tercera ocasión al gobierno de Zacatecas. Su influencia sobre el multicitado político llega al grado de ser ella quien autoriza llamadas telefónicas y respuesta de mensajes, que en su momento ordenaba su aprobación o negativa a la entonces asistente Benelly Hernández, quien ha sido destituida y sustituida.
Del Río Venegas incluyó un “seguro”, una garantía de no exclusión ante cualquier amenaza para ella y el minúsculo círculo que rodea al funcionario federal. La participación de este grupo en eventos personales, íntimos de David Monreal en su domicilio particular, y con ello asegurar que ninguno fuera expulsado del proyecto, ante la posibilidad que estos eventos y confidencias trasciendan a la luz pública, infidencias que seguramente tarde o temprano saldrán a la luz pública en la campaña y que seguramente la anfitriona se ofrecerá para acallar.
De acuerdo con la información recabada, del Río Venegas contempló en su plan convencer a su comadre Verónica Díaz Robles que por “méritos propios” exija la coordinación general de campaña de David Monreal, mientras la consejera, asesora, etc., tras bambalinas, seguirá usufructuando el liderazgo en las preferencias ciudadanas del que será el candidato, y por supuesto, pondrá en venta al mejor postor candidaturas (en Fresnillo se topará con pared), y cargos en el gabinete, en el que se incluye, así como a sus amistades más cercanas y por supuesto sus “comadres”.
La comisionada del IZAI, como un sinnúmero de políticos, cree en forma ingenua que los agravios cometidos, el incumplimiento de acuerdos y traición a la confianza depositada, hoy convertidos en resabios, permanecerán en forma definitiva durmiendo el sueño de los justos. Parecen ignorar que por la mente de víctimas y agraviados, un día sí, y el siguiente también, cada minuto, cada segundo, urden el cobro de traiciones y ofensas.
Julieta del Río con soberbia observa como algunas víctimas y agraviados le abrazan y saludan, sin intuir siquiera que ha llegado el tiempo de cobrar afrenta por afrenta, y si hay duda, habrá que esperar las reacciones de Ricardo Monreal, Amalia García, y Claudia Corichi entre otros personajes. Bastaría que uno de estos personajes u otros agraviados, presente denuncia ante la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), por presunto enriquecimiento ilícito, incluso tráfico de influencias ante la Fiscalía General de la República (FGR), y como dicen en el barrio, “no se la va acabar”.
Entre las víctimas más recientes se encuentra el Gobierno del estado de Zacatecas, al que durante mucho tiempo Julieta del Río exigió trimestralmente incremento al presupuesto del Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IZAI), y cuando este era negado por el titular de la Secretaría de Finanzas, iniciaba una campaña en su contra con cercanos columnistas. Basta revisar las cuentas públicas para localizar los inexplicables incrementos al órgano de transparencia de información pública.
Cuando la perversidad encuentra una zona de confort, se convierte en simple ambición y esta, en catastrófico fracaso con inimaginables consecuencias cuando choca frontalmente con el poder.
Ilusos aquellos que olvidan que nada es para siempre…
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