Si no gobierna terminará de sepultar a Zacatecas
El poder y el despotismo duran poco
Séneca
Cinco, cinco larguísimos años bastaron para que Cristina Rodríguez Pacheco gobernadora de facto, destruyera cualquier posibilidad para que más de 1.4 millones de zacatecanos accedieran a mejores condiciones de vida, por el contrario, los jodió.
La doctora se ensañó con Zacatecas, hizo hasta lo imposible para llevarlos de la pobreza, a la pobreza extrema, seguramente producto de la frustración de su origen paterno que le negó la oportunidad de ser aceptada por una rancia y conservadora sociedad, forzándola a través del poder.
La mayoría de zacatecanos que cuenta con un trabajo, subsiste con miserables salarios de 850 pesos semanales; un sinnúmero de familias han optado por el comercio informal, y otros tantos a migrar con los ojos puestos más allá del Río Bravo, además de los que se han incorporado a la delincuencia.
Este mayoritario sector de ciudadanos, hoy obligados a vivir en el hacinamiento, buscando refugio con sus familiares, acompañados de la mendicidad, representan la cruel realidad que se vive en Zacatecas. Mientras tanto, cientos de estos sirven al centenar de familias que gozan de seguridad e ingresos importantes en contraste con su pesada realidad.
Miles de familias no cuentan con servicios de salud, y los que tienen derecho a la seguridad social, dejaron de asistir a los hospitales y centros de salud ante el desabasto de medicamentos, o suministro médicos, aunado a la eterna respuesta de Gilberto Breña secretario de Salud: Es que no hay dinero (…)
De los campesinos, que no agricultores, aclaro, convertidos en eternas presas del coyotaje solapado y protegido desde el gobierno estatal, siguen siendo esclavos de la tierra, para obtener miserables ingresos que les permitan subsistir y continuar con sus albores hasta donde la vida les alcance, solo eso.
Y así sucesivamente podría seguir enumerando la desesperanza, la ruina, el hambre que sufren estoicamente los zacatecanos, que al unísono se preguntan ¿David nos ayudará? Difícil respuesta, ante un negro panorama que no ve la luz al final del túnel.
No se percibe el menor viso de esperanza en el discurso de la nueva “gobernanza” del candidato electo. Sólo 13 mil burócratas e igual número de maestros, que tiene “asegurado” su salario, el resto de los ciudadanos penden de las decisiones que vaya tomar David Monreal.
Ingenuo será creer que los programas clientelares del gobierno federal servirán para contener la crispación popular generada por el hambre, el desempleo y por supuesto la violencia. Nadie, absolutamente nadie, querrá, podrá conseguir los recursos suficientes para sacar “de la noche a la mañana” del atraso, y la miseria a Zacatecas.
Nada aportan las denuncias de saqueo a los bienes del gobierno estatal, ni los discursos de honestidad, progreso, seguridad, etc., que la gente ya no cree. Sabe, está consiente que los discursos no darán de comer, ni curarán a sus familias, garantizarán seguridad, mucho menos mejoraran la calidad de sus vidas.
David Monreal tiene un solo camino: Frenar la psicópata violencia que azota a Zacatecas para que lleguen las necesarias inversiones para la creación de empleos, que permitan a la gente comenzar a recuperar no solo lo que Cristina Rodríguez les arrebató, sino también sus vidas.
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