AMLO de los acuerdos a la confrontación

En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela

Antinio Machado 

El “relevo” de Olga Sánchez Cordero a la Secretaria de Gobernación, su reincorporación al Senado de la República, y la imposición desde Palacio Nacional para que presida la Mesa Directiva, apunta a un mandatario más preocupado por Ricardo Monreal, que por la suerte del país que se le escapa como agua entre los dedos.

Incipientes aprendices de brujo dan por hecho que Sánchez Cordero terminará asumiendo la titularidad de la Junta de Coordinación Política y posteriormente el liderazgo de la bancada de Morena; la realidad es otra. Ricardo Monreal mantiene el control de un hegemónico grupo de más de 30 senadores, inmersos en acuerdos y prebendas, hay que decirlo.

Aún más, con el retorcido colmillo que tiene y ostenta el zacatecano, contrasta con la inexperiencia de Sánchez Cordero, demostrada a su paso por la Secretaría de Gobernación, que en término reales, la rebajó a “Oficina de Gestión, Quejas y Representación Presidencial para Eventos”, después de haber sido la más poderosa secretaría del Estado mexicano.

López Obrador intuye, sabe que Ricardo Monreal es el principal adversario dentro y fuera de Morena de Claudia Sheinbaum su favorita al 2024, que por razones muy personales la considera parte de su familia. 

Ante el fracaso del cabildeo de la propia Sánchez Cordero y Julio Scherer con la oposición en la Comisión Permanente, para que se incluyera la Revocación de Mandato, sin guardar siquiera las mínimas formas políticas, ordena sea investida como presidenta de la Mesa Directiva en un ocurrente intento por desplazar a Monreal Ávila.

El presidente olvidó que con el acoso y persecución a Ricardo Anaya, fracturó, eliminó cualquier posibilidad de diálogo y acuerdos con los partidos opositores, para que sus legisladores acepten incluir en sus respectivas agendas legislativas las reformas constitucionales que parecen urgirle. 

Prueba de lo anteriormente expuesto, Ignacio Mier, coordinador de Morena, “desistió” de conformar una megabancada, confirmó que se limaron asperezas y los grupos parlamentarios se registrarán conforme a los números obtenidos en la elección del pasado 6 de junio. 

De nada le servirá a López Obrador ordenar a Gertz Manero su “fiscal carnal” abrir nuevas y más denuncias en contra de sus adversario políticos, por el contrario, los fortalecerá y generará mayor cohesión entre estos.

A este respecto, cabe destacar el arribo de Adán López Hernández ahora gobernador con licencia de Tabasco, ratifica improvisación en la que debería ser la secretaría más importante del gobierno de López Obrador. 

El ahora secretario de Gobernación posee un historial parco, limitado, y que su paso por un escaño y dos veces diputado por su natal Tabasco, adelanta convertirse en otro sumiso empleado del presidente, pero no en un eficiente operador político que el presidente necesita.  

Los detractores de Ricardo Monreal ubicados en el grupo lopezobradorista cuya cabeza visible es Claudia Sheinbaum, así como los externos y hasta lo de “casa” de Zacatecas, adelantan vísperas y celebran la caída del titular de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, no deberán esperar mucho para comprobar que una vez más su presidente tendrá un nuevo fracaso y enésima frustración. 

Al tiempo…