Ricardo, Marcelo y la Revocación de Mandato
Hay fraternidad y abrazos en las formaciones políticas,
pero no en la cima; allí no hay amigos, si acaso aliados
Sentencia popular
Las calabazas se van acomodando dicen en el rancho; los acuerdos entre Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard los ponen en la ruta de la candidatura al 2024 por Morena. Ingenuos los que creen que se concretaron durante el desayuno que recientemente sostuvieron en Zacatecas previo a la toma de protesta de David Monreal,.
Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard seguramente tienen mucho tiempo platicando cómo transitar en un sólido frente hacia la candidatura presidencial, en los que incluyen un blindaje ante la beligerancia de Claudia Sheinbaum bendecida desde Palacio Nacional.
Ambos personajes conocen, saben de la importancia de su participación en el proyecto de López Obrador llamado Cuarta Transformación. Sin que necesariamente coincidan en la ideología y políticas públicas que emanan del despacho de presidente, están conscientes que por el momento su participación y operación política como principal vía para mantener vigentes sus aspiraciones.
Ricardo Monreal sabe interpretar cada mensaje, cada señal que envía el presidente en las polémicas conferencias mañaneras, para convertirlas en iniciativas legislativas; aún más, sin que necesariamente siga la dictados del terco mandatario, intuye y en múltiples ocasiones se adelanta con iniciativas de su autoría, que la mayor de las ocasiones el mandatario hace suyas.
Por su parte Marcelo Ebrard desde el inicio del gobierno de López Obrador ha hecho de todo. Canciller, comprador de autotransporte para el traslado de combustibles, hasta mendigar vacunas a los países más desarrollados. Ahora con la celebración de la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el canciller da muestras de disfrutar las fantasías bolivarianas del presidente.
Ambos personajes en la praxis llevan mano en la carrera al 2024 por el partido Morena, sobre las aspiraciones familiares de la jefa del Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, la que aún evidencia los estragos de su fracaso en el reciente proceso electoral donde perdió el 50% de las alcaldías, y la tragedia de la línea 12 del Metro con sus 26 víctimas fatales, del que por cierto Ebrard Casaubón ya se desmarcó.
Seguramente la jefa de gobierno echará toda la carne al asador y por supuestos los recursos de su gobierno para evitar una nueva derrota en la celebración del carísimo ejercicio de Revocación de Mandato, que sin duda la ubica en la cuerda floja, pero sobre todo, en riesgo de perder el apoyo de un presidente aferrado a llevarla a utópicos escenarios que no corresponden a su pobre actuación y oficio político.
La terquedad del presidente como siempre saldrá cara,…
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