Poker mata par de damas de David Monreal

Azar es una palabra vacía de sentido, 

nada puede existir sin causa

Voltaire 

David Monreal después de haber jugado cartas en casinos de Fresnillo y de la Ciudad de México, en las que contó con la ayuda del crupier de casa, ganó todas las partidas que le dieron un modesto capital. Sin embargo como todo jugador de naipes le ganó la ambición, y armado de temeridad de nueva cuenta se sentó ante el verde tapete de la mesa con intenciones de hacer saltar la banca.

En su primera mano, el osado jugador en el descarte pidió cambiar tres de sus cinco cartas, apostó su resto, revisó sus cartas y las presumió ante sus seguidores que lo acompañaban en la aventura, quienes le aplaudían con sarcasmo ante su ínfimo juego. La casa pagó por ver y no le quedó otra opción que mostrar su juego: Par de damas de corazones rojos y tréboles negros. 

El experimentado crupier sonrió y abrió el juego de la casa: Poker de ases y un jocker de diamantes. En término coloquiales el rostro del jugador mostró un “valí madres”. Sin embargo, a pesar del pésimo juego y derrota infringida en la mesa que perdió el resto de su capital, intentó sacar la casta asegurando que en otros casinos de la Ciudad de México le apoyarían para seguir jugando.

La casa tenía cuatro poderosos ases que nada tenía que hacer ante un par de damas: Inseguridad, quiebra financiera, corrupción, e impunidad, que  terminaron por borrar de la mesa su modesto par, que en su momento alguien lo convenció que vencerían sin problema a la mejor mano del crupier del casino.

Lo más grave es que el jugador apostó su modesto capital, pero también jugó con la esperanza y confianza de sus coterráneos, de los 320 mil ciudadanos que lo apoyaron, y su mal juego afectó al crupier de casa que aspira a jugar en el 2024 en busca de administrar el casino más importante de México  

El temerario jugador demostró que carecía de la experiencia necesaria, y el oficio para sentarse a la mesa de poker, pero también la necesaria responsabilidad, olvidando las enseñanzas del crupier de casa que lo rescató infinidad de veces de los brincos (casas de juego clandestinas), y cuando optaba por la fiesta en el casino. Como consecuencia perdió su modesto capital, que en un término de seis años difícilmente recuperará para seguir jugando, quizás nunca.

Hagan sus apuestas…