Ya es tiempo de los periodistas

Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, 

la prensa nunca será otra cosa que mala

Albert Camus 

En México, como en el estado de Zacatecas, los periodistas hemos sido ubicados por el presidente y gobernador respectivamente, en dos bandos: buenos y conservadores, los segundos herencia maldita de los que se fueron, los “buenos” convertidos en tapete de los mandatarios, mientras los conservadores seguimos exhibiendo su demagogia, mitomanía, corrupción, y por supuesto en grado supino la ignorancia de ambos.  

Un día sí, y al siguiente también, el inquilino de Palacio Nacional denosta, descalifica cualquier nota e investigación periodística que exhiba su ignorancia, mitomanía, y corrupción de su gobierno, pero sobre todo, quien se atreva a cuestionar el halo de santidad y purificación que presume y que invariablemente termina en el drenaje. Es ahí cuando emerge el intolerante que lincha a los periodistas críticos a su gobierno, y en ocasiones hasta los de casa muerde. 

Zacatecas no podría ser la excepción. El otro inquilino, el de la Casa de los Perros (oficina del gobernador), mandó vetar a un sinnúmero de periodistas críticos a su “nueva gobernanza”, ordenando a los alcaldes de Morena, y aliados, y amedrentando a los de otros partidos no darles convenios de publicidad, so pena de cerrarles la llave de los recursos públicos a los que por ley tienen derecho. Y como en Palacio Nacional, también cuenta con un séquito de cortesanos aplaudidores disfrazados de periodistas. 

Entre otras cosas, la evidente, y pública ignorancia de ambos mandatarios les conduce a la innecesaria confrontación con los medios de comunicación. El presidente premia con millonarios contratos a los medios de comunicación y “periodistas” “Totalmente Palacio” (perdón por la analogía don Alberto Baillères), y a los críticos, con auditorías del SAT, denuncias ante la FGR, además de ordenar congelar sus cuentas bancarias a través de la UIF, mientras el gobernador de Zacatecas por el momento se conforma con llevarlos junto con sus familias a situaciones de hambre y miseria.

En ambos casos son una mentada de madre. Ambos mandatarios protegen y siguen poniendo “dónde hay” a familiares, concubin@s, compadres, amigos, recomendados, etc., a pesar que ya cuentan con millonarias fortunas, mansiones, autos de alta gama, ropa de diseñador, etc., obtenidos en actos de corrupción, y cuando son exhibidos ante la prensa crítica salen en su defensa, el presidente afirmando que “no somos iguales”, ¡por supuesto que no lo somos!, y el gobernador de Zacatecas guardando silencio que obvia una complicidad intelectual, material, y sentimental, esta última que él mismo ha puesto de moda.

El presidente y gobernador se equivocan. Las investigaciones periodísticas de la corrupción que les rodea, solapan, e impulsan, siempre deja huella, un rastro imposible de borrar (pregunten a Jorge Miranda); seguiremos investigando, exhibiendo a los vividores del poder, del erario, que en su vida han trabajado por una sencilla razón: su mediocridad e ignorancia no tienen cabida en mercados cada día más competitivos, más demandantes de excelencia. 

Ya es tiempo de los periodistas…