Militarización del país el adiós a Ricardo Monreal

El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar 

Sun Tzu

Es comprensible, pero deleznable, la terquedad de López Obrador al empoderamiento del Ejército Mexicano, en el que cifra sus esperanzas para utilizarlo en el proceso electoral del 2024, pretendiendo sumar los 50 mil efectivos de la Guardia Nacional al instituto armado. El presidente para tales fines envió al Senado la iniciativa de reforma de ley a sabiendas que Ricardo Monreal no podrá obtener una mayoría calificada para su aprobación; esta será la gota que colme el vaso y obligue al senador fresnillense a dejar en manos de Olga Sánchez Cordero el control del Senado. 

Desde el Palacio de Cobián (Gobernación), con tabasqueña perversidad  han ido tendiendo la cama al aún titular de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, para satisfacer el ego, los caprichos y ocurrencias de un presidente que no admite adversarios, opositores, periodistas críticos, mucho menos voces discordantes al interior de su gobierno, y por supuesto de Morena.

Entre un sinnúmero de resabios, López Obrador parece no olvidar las declaraciones de Ricardo Monreal al ser derrotado en el 2017 por Claudia Sheinbaum por la candidatura a la jefatura del gobierno de la Ciudad de México: 

Percibo y siento con toda convicción que los ciclos se concluyen. Mi ciclo se está concluyendo en Morena y no lo digo con gusto, lo digo con pena, con tristeza. A mí me ha costado mucho fundar Morena; tengo respeto por sus militantes y dirigentes, no tanto por los puestos, sino por los tratos", afirmó en entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Grupo Fórmula. "He platicado con casi todos los partidos; hay ofertas, hay ofrecimientos. Tengo mucha claridad de lo que soy, aunque puede haber un sector que no me vea bien", dijo.

En ese entonces López Obrador lo “compensó” con la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, y mientras no llegaran los tiempos de la definición del presidente para sucederlo en el 2024, todo fue miel sobre hojuelas, aderezado con “fraternales” y cotidianos desayunos en Palacio Nacional, siempre acompañados con una imagen de ambos personajes con claras intenciones de enviar un mensaje que Monreal Ávila estaba en el ánimo del mandatario.

Las iniciativas de reforma Eléctrica y la Guardia Nacional no cuentan con los votos necesarios para una mayoría calificada que requieren ambas reformas constitucionales; la oposición fijó su posición y dijo no pasarán; los cinco senadores “independientes” ha secundado la negativa. Sin embargo el presidente sabe su juego y consciente que no pasarán endosará el fracaso al senador zacatecano, adversario de su favorita a sucederlo Claudia Sheinbaum, dando paso al secretario de Gobernación vía Olga Sánchez Cordero para relevarlo, y hacerse del control del Senado.

Quien siembra vientos, cosecha tempestades…