Desaparecidos

Hay ausencias que matan

Refrán popular 

Para el Estado mexicano, para el presidente, para la mayoría gobernadores y legisladores pasa desapercibido el dolor, la pesadilla que padecen madres, cónyuges, hermanos, abuelos, etc., ante la “desaparición” de algún familiar, que siguen buscando con sus propios medios para localizarlo (s) o darles sepultura, sin embargo la Fiscalía de Zacatecas mira en sentido contrario.

El periodista Alfredo Valadez quien ha dado puntual seguimiento al tema, informó: La sociedad de Zacatecas ha vivido este aсo una ola inйdita de desapariciones. Hasta el pasado 12 de diciembre, la Fiscalнa General de Justicia del Estado (FGJE) había contabilizado mil 132 personas en la categoría de “desaparecidas o no localizadas”, contra 808 durante 2020. 

En la fiscalнa zacatecana, advierte Murillo Ruiseco, “nos guiamos por las denuncias, es decir, lo que los familiares nos dicen, y esa información a veces se puede corroborar. Desafortunadamente, en muchos casos la propia familia que sufre esa sustracción de sus parientes a veces no denuncia por miedo, amenaza y el riesgo para su familiar y ellos mismos”.

La realidad contrasta con la afirmaciones de Murillo Ruiseco. Salvo la emisión de fichas de búsqueda, la Fiscalía parece privilegiar la simulación y el posible desvío de recursos de la institución en salarios, vehículos, combustible, telefonía, viáticos, etc., que desde su llegada a la titularidad el fiscal no ha rendido cuentas en este rubro, como tampoco resultados, a una sociedad ávida de justicia.

Sin embargo, el fiscal fiel a su filosofía de vida, atiende ipso facto cualquier denuncia de desaparición y/o secuestro de algún familiar de importante político o empresario llegando al grado de designar a su agente del Ministerio Público especial para el caso, y establece una inmediata coordinación con los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública y hasta la Comisión Nacional Antisecuestros, faltaba más, pues de ninguna manera quedaría mal con gente tan importante. 

Murillo Ruiseco olvida que él no es Gertz Manero, que goza de las simpatías y protección del presidente López Obrador, por el contrario, en la “Nueva Gobernanza” no es bien visto, incluso ya se busca una relevo para sustituirlo con un fiscal carnal a modo, que por lo menos entregue cuentas y resultados, y no acumule como estampas de álbum de colección de Bimbo o Marinela las carpetas de investigación.

Nadie, absolutamente nadie puede, podemos imaginar la pesadilla de las familias de los desaparecidos, que día a día ruegan, suplican a Dios encontrarlos, mientras los siguen buscando con sus propios medios, ante el valemadrismo de un fiscal que lo único que busca es continuar en un cargo, que como a otros le quedó demasiado grande.

Hay ausencias que matan, también omisiones…