Cada pueblo tiene el gobierno que se merece 

Joseph de Maistre

La mal llamada clase política aún no termina de destruir este gran país cuando ya corre, vuela en busca de nuevos cargos en el proceso electoral del 2024. Mientras el país literalmente se desangra a manos de criminales con “derechos humanos” que defiende el presidente López Obrador; cuando el hambre, la miseria, pululan en todos los rincones del país; cuando cientos de miles de mexicanos mueren ante un colapsado sistema de salud y otros a manos de traficantes de personas en su intento por conseguir el llamado “sueño americano, mientras tanto los políticos sin distingo de ideología se preparan para volver asaltar el poder.

Priístas, panistas, perredistas, verde ecologistas, petistas, morenos y de todos los partidos políticos hacen públicas sus intenciones de disputar el poder, mejor dicho el pingüe negocio que representa el poder, que lejos está de ser un apostolado, en el proceso electoral del 2024, en el que se renovarán al titular de Poder Ejecutivo Federal, los legisladores de las Cámaras de Diputados, Senadores, congresos locales y alcaldías en el territorio mexicano, mientras tanto México continúa en terapia intensiva, sin que se avizore siquiera la mínima intención de atención por los que hoy afirman gobernarnos. 

Aún más, políticos, gobernantes y legisladores se encargan de transformar los derechos constitucionales de los ciudadanos en “apoyos”, en dádivas convertidas en políticas públicas, que en cada entrega ordenan a sus comunicadores la mejor imagen con el pueblo y destacar el evento como un “hecho histórico”, siendo que en realidad es solo uno más de los burdos negocios que hacen a costa de los pobres, que para estos vivales, es y seguirán siendo el mejor negocio, que además la gente les agradece como si fuera un graciosa concesión, y no un derecho constitucional .

La mayoría de las 32 entidades federativas de lo que fuera un gran país, sucumben no solo ante las bandas de criminales protegidos desde Palacio Nacional, millones de familias languidecen ante su pobreza, su miseria, ante la falta de atención médica, de insumos y medicamentos, de vacunas, de la falta de trabajo, de los altos costos de la canasta básica y servicios como la energía eléctrica, gas, etc., y todavía tienen que soportar aquellos que un día les prometieron una vida digna y velar por sus familias que hoy financian millonarias precampañas electorales con el producto de su corrupción y asalto a las arcas públicas en busca de más negocios del usufructo del poder. 

Lo inédito de esta grave situación, quizás sea el fanatismo, la ingenuidad, la buena fe y hasta la falta de dignidad de la gente, de las víctimas de los políticos y gobernantes, que una gran mayoría que tienen cuentas en las redes sociales, dan todos los likes posibles y comparten las de gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, además de enviarles mensajes tales como: “vamos usted puede”; “con todo, vamos a ganar”; “no se deje confiamos en usted”; “felicidades por el excelente trabajo que hace”; “desde aquí lo apoyamos, ya sabe”; usted ha sido el mejor”, etc., etc., etc. 

Cuánta razón tuvo Joseph de Maistre, teórico político francés al escribir para la historia universal su épica frase: Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. 

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