Dónde estábamos cuando destruyeron este gran país
Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor
Desmond Tutu
Esa será la pregunta que nos haga nuestra descendencia cuando vean el México destruido que les hemos heredado. No bastará argumentar que durante los gobiernos corruptos del PRI y el PAN en los que la “paz social” fue la moneda de cambio con la sociedad, y que creímos que duraría toda la vida, sin siquiera imaginar que vendría lo peor. Esta “justificación” no nos exime de la responsabilidad de enfrentar a quienes bajo la falsa promesa de “primero los pobres”, nos han conducido a un país en ruinas.
Hoy los detentores temporales del poder, se asumen como dueños absolutos no solo de México, sino de la vida de millones de mexicanos, y que cínica obviedad continúan saqueando las arcas de la nación, que en realidad son nuestros impuestos producto del trabajo colectivo de millones de mexicanos. El autoritarismo y prepotencia, sumado a la política de lo absurdo, avasallan a una población inerme ante los embates de los que se asumen como redentores del país.
Estos personajes creen ingenuamente que con la llegada de la Cuarta Transformación su poder e inmunidad será para siempre, como falsamente creímos que sería con los gobiernos del PRI y PAN. Seguramente su descendencia no les preguntará dónde estaban cuando destruyeron este gran país, pues viven sin que nada que les preocupe a diferencia de millones de jóvenes de la sociedad civil, será hasta que sus progenitores despojados del poder y la impunidad la gran mayoría enfrenten a la justicia, no como un acto congruente de sus abusos y corrupción, sino como inminente vendetta de quienes en su momento avasallaron a sus adversarios políticos y ciudadanos.
Las inmensas fortunas adquiridas ilegítimamente en actos de corrupción, tráfico de influencia, peculado, actos contra la administración pública, omisión, y lavado de dinero entre otros delitos, serán pruebas suficientes para que las víctimas políticas y sociales de los destructores del país sean llevados a juicio a manos de sus otrora adversarios y sociedad civil. Sin embargo, esto de ninguna manera justifica la apatía, la indiferencia social ante los abusos y excesos de los autoproclamados redentores de México, por el contrario, nos ubica en una situación de corresponsabilidad por nuestra nuestra indolencia ante la destrucción y saqueo de lo que fuera un gran país.
Así las cosas. En los sótanos del sistema, del país, se cocina una gran insurrección social, en el que víctimas de los autoproclamados redentores del pueblo, de la delincuencia, padres que perdieron sus hijos por falta de medicamentos para el cáncer, médicos y personal sanitario despreciado por este gobierno, desplazados, campesinos despojados de sus tierras por el narco, miles de burócratas despedidos, curas de la iglesia católica, militares en retiro y activo cansados del deshonor y humillaciones, periodistas, empresarios y un sinnúmero de agraviados entre otros tantos que se están sumando, pero nuestra participación tampoco nos exculpa de ser corresponsables.
Cuando pregunte mí descendencia dónde estaba cuando destruyeron este gran país, y qué hice para detenerlos, no tendré cara para responder.
¿Y usted apreciado lector?
Lo mas leído
- Rastrean millonarias "inversiones" del exgobernador
- Elegí Zacatecas para que ahí se quede la delincuencia organizada
- López Obrador pretende convertir a 50 mil “ninis” en sicarios de la “transformación de cuarta”
- Fideicomiso: Fraude y lavado de dinero, aquí las evidencias
- En la mira de Estados Unidos Miguel Alonso y cómplices