Miserable gobierno

Cada pueblo tiene el gobierno que se merece 

Joseph de Maistre

La Real Academia Española define la condición de miserable: “Me repugna tu miseria y cobardía”. Este es el sentimiento generalizado de los zacatecanos que hoy ven cómo se esfuman sus sueños, sus anhelos de mejorar sus vidas, principalmente por la cobardía de quien afirma gobernar el estado para enfrentar una psicópata violencia, que a un año de desgobierno da cuenta de más de mil homicidios dolosos a manos del hampa, amen de casi 900 personas “desaparecidas” que la Fiscalía se niega a buscar, sólo lo hacen sus deudos y familiares.

Después de la comparecencia de algunos secretarios en la Glosa del I Informe de Gobierno, quedó en claro su improvisación, desconocimiento e ignorancia en las labores encomendadas, convirtiendo la máxima tribuna del estado en un púlpito, en el que se escuchó un rosario de justificaciones del fracaso, el eterno endoso del que ya no están y un injustificable cinismo de la opacidad e incapacidad de este gobierno. Mención aparte merece Ricardo Olivares secretario de Finanzas, quien dio cuenta del salvamento del navío y respondió cada uno de los cuestionamiento.

En contraste, la corrupción en la mayoría de las secretarías ha sido la constante de este gobierno, si así se le puede llamar. Los sobreprecios a los productos adquiridos para “apoyos” de la población, el tráfico descarado en la obra pública, en eventos masivos, la manipulación de licitaciones que favorecen a unos cuantos, y así sucesivamente, hechos que han sido investigados y sacados a la luz pública por los periodistas Norma Galarza, Heraclio Castillo y Gabriel Contreras entre otros, lo que hoy padecen la ira del inútil gobernador a manos de sus focas aplaudidoras. 

La complicidad de la mayoría de los secretarios y funcionarios del gabinete dan muestra papable no solo de su inexperiencia en la materia de sus responsabilidades, de su sumisión a la consorte política del gobernador, también de una cínica voracidad para engullirse recursos públicos y los que resulten del tráfico de influencias, mientras el 90% de los zacatecanos sufren las de Caín para sobrevivir día con día, mientras la clase guinda del gobierno de Zacatecas restriega en el rostro mal habida riqueza.

No se culpe a los electores, pues en su gran mayoría los que sufragaron por David Monreal para que gobernara Zacatecas, lo hicieron engañados, seducidos siempre con el “canto de la sirenas”, de la demagogia barata, embustera disfrazada de su “amor” por Zacatecas y también por necesidad; el engaño como moneda de cambio aceleradamente se devalúa en forma proporcional al gobierno estatal, que al paso que van, difícilmente podrá aguantar hasta el 2024. En el 2023 la gente, el “pueblo bueno y sabio” les cobrará la afrenta, y a otros, la traición por la presunta venta de la plaza a dos cárteles. Ninguno de estos actores olvidarán sus engaños y traiciones.

Miserable gobierno