México corrupto

En política no hay amigos, solo cómplices 

Refrán popular 

Al arribo al poder de la mal llamada clase política, cada día sale a la luz púbica la voraz corrupción de tiros y troyanos, que da cuenta de encarnizadas luchas por el poder, mejor dicho, por el pingüe negocio que significa detentar un cargo público que se traduce en millones, ahora, en cientos, miles de millones de pesos, generados por actos de corrupción en detrimento de los contribuyentes, de los ciudadanos.

Basta que surja una nueva oportunidad para escalar otra posición de poder, para que se desate una confrontación entre los aspirante-políticos-en la que cada parte exhibe la larga trayectoria de corrupción de su adversario, misma que callaron hasta que les convino. Y luego andan diciendo que los periodistas son los extorsionadores, cuando en realidad son los políticos, incluyendo sus descendencias a las que heredaron el camino del dinero fácil desde el poder.

La victimización de los “presuntos” corruptos es sin duda la más socorrida en estas coyunturas. Salen a los medios casi al borde del llanto  asegurando que son infamias, calumnias, que siempre han actuado con honestidad, con lealtad e institucionalidad, y siempre en favor de sus representados, del país, de sus estados. Nada mas cínico y falso, cuando los ciudadanos de a pie observamos cada día la ostentación de bienes y propiedades producto de la corrupción, sin abandonar el trillado discurso de “no somos iguales”.

Ningún político, ni gobernante ha escapado de ser exhibidos como parte del cáncer de la corrupción que carcome las entrañaras de México. Desde el inquilino de Palacio Nacional, pasando por militares de alto rango, miembros del gabinete presidencial, gobernadores, legisladores, dirigentes de partidos políticos, y hasta el más modesto alcalde, han sido exhibidos como lo que son, vividores del erario, ante su incapacidad de trabajar, producir, generar beneficios y utilidades para beneficio familiar y entorno social, privilegiando el saqueo de las arcas públicas.

Estos eternos montajes se llevan a cabo ante los millones de mexicanos en pobreza, otros en pobreza extrema, los restantes en la miseria. De igual forma pequeños empresarios, comerciantes, campesinos, maestros, y principalmente amas de casa, padecen los efectos de su descarada corrupción que les obliga a bajar las cortinas, buscar en el comercio informal otra forma de vida y en grandes cantidades huyen de su país que sigue en manos de miserables gobernantes y políticos.

En política no hay amigos, solo cómplices