La negra noche de la democracia mexicana

En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- Para cuando este artículo vea la luz, ya habrá transcurrido la marcha. Una última oportunidad para una sociedad pasmada y poco reactiva, la marcha será como la primera pulsión social para reaccionar, para despertar del letargo.

López con sus insultos y descalificaciones ha sido uno de los principales promotores, a contra sensu de lo que él tal vez creyó, que sus diatribas harían que quienes planeaban ir a la marcha, a través del miedo, no acudirían. Sea cual fuere el número de manifestantes, la sola preocupación del presidente, le da un triunfo a la marcha.

La vulgaridad del presidente no conoce límites, imprudente e indecente no tiene empacho en abusar de su poder, para desde su investidura, acusar y agredir de manera artera e impune.

Su propuesta de reforma electoral no tiene soporte, es un puñado de ideas para volver al pasado, aquel, en que el control de los procesos electorales, lo tenía el partido en el gobierno. Léase, Partido Revolucionario Institucional (PRI) años de lucha y represión para que pudiera al fin, la sociedad, tener el control de los procesos electorales a través de un árbitro confiable y ciudadanizado.

López esta empeñado en ser el que decida todo en el país, en ser desde la presidencia un príncipe intocable y venerado, su tan llevada y traída frase de “primero los pobres” es pura retórica, sus políticas públicas no favorecen a los más pobres, sus programas sociales no los elevan socialmente, los estancan, su fraseo en contra del aspiracionismo no lo emplea para con los suyos, sean familiares, amigos o “compañeros de lucha” con la cuarta todo es corrupción, nepotismo y vulgaridad.

Hacía mucho tiempo que México no vivía horas de peligro por la descomposición social, por la furia de los ataques a su joven democracia, por la implementación de los militares y el narco en tareas de cogobierno. 

AMLO insiste en corromper al ejército; ahora les dará en charola de plata el uso del nombre de la aerolínea Mexicana de Aviación, no es la función de la milicia, López perversamente compromete a las fuerzas armadas, incluso a violar su propia reglamentación y violar la Constitución.

La negra noche de la democracia mexicana, tendría en la marcha la luz al final del túnel, con el despertar ciudadano defendiendo su democracia y diciendo fuerte y claro ¡No a la reforma electoral! Que no se necesita en este momento, lo planteado por el presidente, es inviable, y los cambios en materia electoral deben ser sustentados por todos los actores políticos y por la ciudadanía, esa a la que Obrador insulta y estigmatiza.

En el 2018 el elector se equivocó, votó por un mentiroso y vulgar ambicioso, le dio una mayoría que le ha servido al presidente y no a los ciudadanos, López se ha servido con la cuchara grande.

La marcha sin duda será el punto de quiebre, el punto de partida para mejorar nuestros alcances ciudadanos, será el inicio para recuperar la iniciativa ciudadana y ordenar el qué hacer a los partidos políticos.

López Obrador ha manchado la Institución Presidencial, a las Fuerzas Armadas, a degradado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y a todas las instituciones de México.

Las diatribas e insultos, las vulgaridades del presidente, lo lastiman a él, lo denigran a él, y socaban la dignidad de la investidura que debiera representar a todos los mexicanos, es el propio presidente quién se desacredita y deambula en las miasmas de la vulgaridad y lo circense. 

Hasta la próxima