Las lenguas tienen dos grandes enemigos, los que las imponen y los que las prohíben 

Fernando Savater

Efectivamente, la lengua es un arma de varios filos, y mal utilizada puede resultar idónea para el harakiri. Esto último le pasó al presidente de México ante su desbordado optimismo de aprovechar la Cumbre de Líderes de América del Norte para conseguir “unificar”, incluir a las dictaduras latinoamericanas en un solo bloque como la Unión Europea; lograr miles de millones de dólares para Centroamérica; eliminar de la agenda las energías limpias, cambio climático y lograr miles de visas de trabajo para migrantes centroamericanos, no para los mexicanos.

Los presidentes Joe Biden y Justin Trudeau leyeron correctamente el infantilismo político del presidente López Obrador, que días previos al inicio de la Cumbre pidió, rogó, imploró a los mandatarios aterrizaran sus aeronaves en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, aeropuerto que  por cierto nunca ha utilizado. En principio los equipos diplomáticos se negaron argumentando razones de seguridad, sin embargo, días previos a su llegada cambiaron de opinión aceptando la súplica del presidente de México. 

A ello habrá que agregar la aprehensión de Olvido Guzmán, que llevaron a cabo fuerzas de élite de la Marina Armada de México, información que el día 4 de enero del 2023 llevó personalmente a palacio Nacional el embajador estadounidense Ken Salazar, generando mayor presión en el presidente de México, además de la insubordinación a punto de insurrección de altos mandos del ejército con el General secretario, por ordenar a mandos y tropa soportar las agresiones a manos de narcotraficantes, aunado a la justificada desconfianza de gobierno de Estados Unidos en el ejército, terminaron por doblar a López Obrador.

A pesar del optimismo de presidente López Obrador calificando a los presidentes Joe Biden y Justin Trudeau como “buenas personas y que siempre estuvieron contentos” (¿?), como siempre mintió. No consiguió absolutamente nada de lo que se había propuesto, pero sí embarcar a México con la manutención de 30 mil migrantes mensualmente en territorio nacional, aceptar mantener una línea dura contra los cárteles, la producción de fentanilo, frenar la influencia asiática tecnológica y comercial hacia Latinoamérica e impulsar programas de políticas públicas en favor de energías limpias, que no refinerías. 

En los temas tratados en privado según fuentes de Palacio Nacional y de Inteligencia, además de la “solicitud” para capturar a Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López hijos de “El Chapo Guzmán” que dirigen una parte del Cártel de Sinaloa llamada los Chapitos (la otra está en manos de Ismael El Mayo Zambada), también incluyeron los temas de fortalecer la incipiente democracia en México, que en términos prácticos, Jode Biden le pidió sopesara sus iniciativas de reformas a las leyes secundarias electorales que pretenden debilitar al Instituto Nacional Electoral.

Los acuerdos emanados de las entrevista con el mandatario estadounidense no solo frenaron los sueños bolivarianos del presidente López Obrador, sino pegaron en la línea de flotación del proyecto, y lo preocupante para el presidente que los organismos de Inteligencia del gobierno de Estados Unidos tienen documentada la corrupción de su familia, hijos y acuerdos con la gente de Sinaloa, que a valores entendidos se traduce en :coperas o cuello.

La injerencia del gobierno de Joe Biden en las acciones y políticas del gobierno de México, tienen que ver con razones de seguridad nacional, que incluye: no utilizar al ejército y fuerzas armadas para incidir en la elección y resultados el 2024; sicarios de los cárteles; abstenerse de utilizar ningún otro elemento ajeno a la voluntad popular, en el entendido que de no cumplir con estos compromisos el gobierno de Estados Unidos dejará hará efectiva la información que posee en contra de López Obrador, familia, y pandilla de saqueadores de las arcas de la nación.

Al presidente le cambiaron espejitos por el oro de Moctezuma.