En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre acabaron dentro de él 

John Fitzgerald Kennedy

El envío de 6 mil elementos de la Guardia Nacional para brindar “seguridad” a los usuarios y evitar presuntos actos “atípicos”, sabotajes, ha generado uno y mil comentarios contrarios a la decisión presidencial, acusando de una militarización del sistema de transporte colectivo más importante del país, que transporta diariamente 4.6 millones de pasajeros. Estas protestas incluyen a organizaciones no gubernamentales como Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y Amnistía Internacional, a quien el presidente acusa sin probar de cómplices de corruptos del pasado.

Las protestas tiene razón de ser, toda vez que se trata de militarizar el Sistema Colectivo Metro de la ciudad de México, pero no como apoyo a los 5 mil elementos de la Policía Bancaria e Industrial del gobierno capitalino, tampoco para apoyar la seguridad e usuarios y del sistema, sino como un plan piloto para mantener el control de la columna vertebral de sistema de transporte ciudadano con miras al proceso electoral del 2024, y medir la respuesta y reacciones ciudadanas que permitan continuar o desechar esta etapa de la militarización del país.

López Obrador aprovecha la pésima administración de Claudia Sheinbaum y el desvío de miles de millones de pesos que debieron ser destinados al mantenimiento del Sistema Colectivo Metro, que ha generado por lo menos 6 “accidentes” fatales, todos atribuibles administraciones de gobierno de “izquierda” para enviar a 6 mil elementos de la Guardia Nacional para realizar ejercicios tácticos y estratégicos en control de multitudes y del propio sistema de transporte más importante de México.

Viejos manuales de guerra y estrategia que datan desde los regímenes de los dictadores Lósif Stalin hasta de Adolf Hitler hasta nuestros tiempos contemplan como uno de los objetivos estratégicos el control del las vías de comunicación y del transporte público por parte del Estado, que permita asegurar la parálisis de multitudes adversas a las dictaduras, e impidan levantamientos populares que amenazaran sus dictatoriales formas de gobierno. 

López Obrador recibe asesoría de ideólogos y militares miembros del Buró Político del Foro de Sao Paolo , además de dictadores profesionales como lo son: Miguel Díaz-Canel de Cuba, Daniel Ortega de Nicaragua y Nicolás Maduro de Venezuela, estrategias que han sido probadas con éxito en sus respectivas naciones y que continúan vigentes; asesorías que son pagadas con millones de dólares, medicamentos y combustibles en el caso de Cuba. Sin embargo, durante la reciente visita de Jose Biden presidente de Estados Unidos de América, le dejó en claro que se vaya olvidando de militarizar. 

El sabio puede cambiar de opinión; el terco, nunca