Ricardo Monreal al desnudo

Somos engañados por la apariencia de la verdad 

Horacio 

Le cayeron encima los años al senador fresnillense y con ellos la pérdida de la prudencia, de la tolerancia, del cuidado de las formas políticas. Ante cientos de asistentes al mítin convocado por él mismo en la Plazuela Miguel Auza, dejó al descubierto su urgencia por alcanzar una provechosa negociación como “corcholata” del presidente, consciente que no llegará a la candidatura por la simple razón que no es “santo de la devoción” del “destapador” de Palacio Nacional”. 

“De los demás aspirantes, a los que respeto, soy el mejor preparado, y el que tiene más experiencia política, el que viene desde abajo, el que sabe del sufrimiento de todos ustedes y lo vamos a lograr”, aseguró con arrogancia ante cientos de acarreados por instrucciones del “Nueva Gobernanza”. Y fue más allá: “Ni nos vamos a rajar, ni nos vamos a dejar”, sin aclarar quiénes son los que no se rajarán, ni se dejarán, quizás la  acostumbrada demagogia lo motivó a incluirlos en su proyecto personal, pero sin compartir los beneficios. 

“Somos 14 hermanos de padres campesinos y cómo han logrado trascender dentro de la política, con el único fin de servir al pueblo de Zacatecas. No voy a fallar ( a quién), vamos (quiénes) a empeñar todo nuestro esfuerzo y capacidad e inteligencia para triunfar”. En esta parte del discurso fue “cuando la puerca torció el rabo”, diría mi compadre Nepomuceno. 

Como parte de su precampaña a la candidatura presidencial durante la comida en el salón Alicia Garden de Mariano Escobedo, le salió del fondo del alma el reclamo a secretarios del gabinete del gobierno de Zacatecas, a los que dio trato de meretrices: “Están muy “chiquitos” refiriéndose a los secretarios, afirmando que David es “mucho” gobernador (¿?) para tan poco gabinete”; Jorge Miranda alcalde de la capital le reprochó: “No se haga tan verde porque nos va a necesitar”. 

¡Ups!

En los hechos, al senador zacatecano le ha valido madres el infierno y fracaso del “mejor de sus hermanos”, le faltó decir, el más insignificante; no hay un rubro donde le vaya bien a Zacatecas, por el contrario, ha fracasado en economía, salud, educación, empleo, y seguridad que brillan por su ausencia. Por si esto no fuera suficiente, “omitió” mencionar la compra millonaria ordenada por él de los libros de su autoría con cargo al presupuesto del Senado de la República, quizás olvidó los postulados de la 4T: No mentir, no robar, y no traicionar al pueblo. 

Doble Ups! 

En la Plazuela Miguel Auza y Fresnillo, una sola palabra de empatía, de solidaridad con las familias de sus paisanos desplazados, asesinados, desparecidos, niños y jóvenes reclutados por la delincuencia, nunca salió de su boca “estoy con ustedes”, por el contrario, prevaleció el yo, yo, y yo, los recuerdos del monrealazo donde traicionó al PRI para hacer realidad su personal proyecto, y no podía faltar su pobreza, sus humildes orígenes. 

El senador muy rápido olvidó a los miles de zacatecanos que pidió el voto para su hermano David, asegurando era el mejor, a los que ahora ignora, al igual que lo hace su hermano, el diminuto gobernador. 

La misma retórica de siempre, únicamente le faltó acudir a la eterna “infamia” que persigue a la familia Monreal a partir del 22 de enero del 2009 con el decomiso de 14.5 toneladas de mariguana por parte del Ejército en la planta deshidratadora de chiles “San Felipe”, propiedad de Cándido y David Monreal Ávila, en esa época el primero en mención presidente municipal de Fresnillo; por cierto, a la fecha en Zacatecas nadie les cree que no tuvieron participación.

Tarde o temprano se mostraría tal cual es, y así fue