Lamentable papel de México en política Internacional

En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- Vergüenza da en lo que ha acabado la tradicional política exterior que durante décadas nuestro país ha pregonado de la no intervención, ignorando la Doctrina Estrada que tanto prestigio y reconocimiento de día a México.

Perú retira a su Embajador por la cantidad de descalificaciones e insultos proferidos por el presidente mexicano, que basado en su “divinidad” para descalificar a la Presidenta del Perú, Dina Boluarte, cansada de la caterva de adjetivos, tomó una decisión de mantener en su embajada a un encargado de negocios.

Triste día para México cuyos ciudadanos no han decidido el qué hacer en materia de derecho internacional, para eso está el Senado, para representarnos, pero hoy brillan por su ausencia.

López Obrador da señales muy claras de lo que realmente quiere, eternizarse en el poder sea directamente o por interpósita persona. El desdichado plan “B” no es más que la confirmación de su autocrática visión política.

La ciudadanía en su mayoría no está del lado del señor que gobierna a ratos desde el Palacio Nacional, somos la mayoría los que no estamos de acuerdo con su forma de gobernar.

No se trata de atacarlo por atacarlo, no es agresión no estar de acuerdo, desde hace cinco años la división ha provenido desde la tribuna mañanera, quién no ha actuado como jefe de estado ha sido el propio López.

López aprovecha el caso de Genaro García Luna, para acusar sin pruebas a quienes gobernaron en el pasado, principalmente a los panistas.

El presidente mexicano, interviene con sus comentarios en las decisiones judiciales de los EEUU, Perú, y defiende gobiernos dictatoriales y criminales, de Cuba y Venezuela, la de Nicaragua al mantener un silencio ante las flagrantes violaciones a los DDHH en ese país.

López Obrador de manera velada se ha colocado del lado del dictador ruso, Vladimir Putin, al no condenar tajantemente la invasión a Ucrania. Preocupante y alarmante la política exterior de un país que mantuvo siempre un irrestricto respeto por las soberanías de los países de todo el mundo.

La vulgaridad del señor López Obrador no tiene límite, ya rebasó los protocolos internacionales, lo mismo descalifica a la Organización de Estados Americanos, OEA, o la Organización de las Naciones Unidas, ONU.

Sin ninguna prudencia, arremete en asuntos que no son de su competencia, utiliza las mañaneras para ideologizar, sus propagandas violan la Constitución, sus discursos en ocasiones provocan risa, convertido en standupero involuntario, lo cierto es que debe preocuparnos. 

Las actitudes y gestos de la presidencia están lejos del respeto a las leyes, ni a la división de poderes, del respeto a la pluralidad.

En las escuelas la ideologización avanza a pasos agigantados, sin pudor, ni ética, la doctrina se ha ido imponiendo.

Idolatrar a  López Obrador es el fin, no es el único, ya vimos a una funcionaria del más alto nivel, comportarse como adolescente (tardía) mostrar sus aretes con al efigie de su jfe.

Pobre de nuestro país, el adoctrinamiento está rompiendo a México. Para cuando salga esta columna, la concentración del Zócalo y más de 130 ciudades dentro y fuera de México, seguramente habrá sido exitosa. 

#MiVotoNoSeToca 

Hasta la próxima