La tragicomedia de la cuarta transformación
En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- Un presidente que enferma en plena gira, en Mérida sufre un vahído, según sus propias palabras, dichas en megalomaniaco video, relato que corregía la rotunda negación del hecho, por parte del Secretario De Gobernación.
Convertido circunstancialmente en el protagonista sustituto de “la mañanera”, cuyo espacio no aprovechó la corcholata, que por muchas razones, podría ser el candidato del presidente.
La ola especulativa cubrió con su negro manto, el cielo del país entero, se escribieron y comentaron las cosas más locas, sin dudas los anti-amlos vieron la posibilidad de verter todo el veneno guardado.
Los amlovers no tenían ni idea de como responder, la versión oficial era que el presi tenía por tercera vez COVID. Sin embargo, una versión periodística del Diario de Yucatán, informaba de un desvanecimiento del presidente López Obrador, hecho que confirmaría el ciudadano del Palacio Nacional, desmintiendo a su Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, a quien por cierto, le quedó grande el saco de las mañaneras, y quien habría negado el presidencial desmayo.
Arropado en las oscuras horas de un silencio sepulcral, don Andrés Manuel, midió a sus corcholatas, las reacciones de “su pueblo” pero sobretodo a sus malquerientes.
El ego presidencial esperó, durante ochenta horas, antes de hacer su triunfal reaparición, sí, en efecto, al bíblico tercer día, un video, sería suficiente para calmar las aguas turbulentas que su ausencia provocó.
Nacía un nuevo mártir, un presidente afectado por el coronavirus, fue terriblemente atacado por las “podridas almas” a las que ya se había referido, el otro predicador, Adán Augusto. Así, convertido en víctima y mártir, López tuvo el atrevimiento de compararse con Francisco I. Madero.
López Obrador, ha superado con creces el manual del “populista”, ha superado a cualquier presidente del continente con aspiraciones dictatoriales.
La megalomanía del presidente de México es tan grande que el presidencial egocentrismo, es diez veces más grande que los yerros de su gobierno.
La inseguridad es ya proverbial, el crimen organizado hace de las suyas, toman municipios enteros, carreteras, secuestran, producen el fentanilo para usos ilegales, cobran derecho de piso, asesinan impunemente.
Sin embargo, la Secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, no informa al presidente, lo engaña con las cifras que él quiere escuchar, disfraza la realidad que un día sí y otro también la desmiente con puntualidad.
El señor Andrés Manuel, quiere acabar con Irma Piña, Magistrada Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pretende desaparecer la Instituto Nacional para la Transparencia (INAI) y en eso está.
Los diputados de Morena actúan como bandoleros, aprueban leyes y cambios, desparecen instituciones sin pudor alguno, violando toda cortesía parlamentaria.
Desde la Secretaría de Gobernación su titular, cual sicario de la mafia, amenaza y presiona a quienes se opongan a los caprichos locuaces de su jefe.
La ausencia del presidente, en los tres días que mantuvo en vilo al país, fueron horas angustiosas, innecesariamente revoltosas, serían una gracejada, lamentablemente, no es así.
Toda una tragedia el gobierno de la cuarta transformación, toda una tragedia la locuacidad de López Obrador, una comedia de enredos de un gabinete disfuncional, errático, ignorante y brutalmente abyecto.
Un presidente megalómano, que tiene al país sin rumbo ni dirección. La tragedia de México, sume usted a eso, amable lector, la todavía increíble popularidad, que le otorgan, los que he dado en llamar impensantes *Impensante: según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), se aplica a las personas que no se ajustan al pensamiento racional.
Hasta la próxima
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