Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana 

Graham Greene

El 10 de mayo el Día de las Madres, cientos de madres víctimas de las desapariciones de sus hijos, marcharon en la Ciudad de México exigiendo justicia, conocer del paradero de sus hijos, ante un oprobioso y cómplice silencio del Estado mexicano, pero también de aquellos que pretenden llevar al cadalso a los ministros institucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como vendetta de cuarta.

Las 2 mil 095 desapariciones, ocurridas en los primeros 90 días del 2023, significaron el segundo inicio de año con la mayor cantidad de este crimen de lo que va del sexenio de López Obrador, sólo por detrás de las 2 mil 287 que las autoridades registraron en 2020, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas no Localizadas y Localizadas (RNPDNO), dan cuenta de una total impunidad que gozan los delincuentes. 

Legisladores de Morena y partidos cómplices, en lugar de andar buscando vendettas que los puedan librar de la cárcel por actos de corrupción y narcotráfico entre otros delitos, deberían preocuparse y ocuparse de la terrible pesadilla que viven madres, padres y familias de los desparecidos que el gobierno del presidente López Obrador, y la Fiscalía General de Justicia que se niegan a buscar.

A este respecto es importante mencionar que el hecho que hayan aprobado fast track las aberraciones legislativas enviadas por el presidente, no implica que cuentan con su respaldo e impunidad esperada como pago a su mansedumbre y sumisión. 

Basta recordarles que como ustedes, su presidente no tiene palabra, por tanto, siguen en la cuerda floja, quizás hasta que en una mala noche del mesías tropical despierte y ordene perseguirlos a pesar de su servidumbre  y labor de zapa en contra de México.

Quien traiciona una vez lo hace siempre