El talante de la magistrada presidenta
En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- Para algunos, los textos remitidos por la Dra. Norma Piña, magistrada presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), fueron un error, y si lo analizamos con objetividad, en efecto le dió un regalo a palacio, para la estrategia del vulgar golpeteo en contra de los magistrados y de su presidenta en mayor proporción.
Alejandro Armenta, el senador poblano, por desgracia, presidente en turno del Congreso, al recibir los mensajes vía WhatsApp, de inmediato lo reportó al Palacio Nacional (PN), y se rediseñó la estrategia, lucrar con el error de la Magistrada, y lanzar una nueva campaña de desprestigio.
Alejandro Armenta cuya deficiencia más notoria, es la ausencia de dignidad, aprovechó la tribuna, para exhibir los textos, y de inmediato decir que sentía amenazado él y su familia. No sé, quizás en algún momento de hartazgo, la magistrada quiso corregir los erráticos dichos del poblano, y de paso enviar un mensaje al Ejecutivo Federal.
Pero las cosas le salieron mal a la magistrada presidenta, es de suponer, de toda lógica, que habría en algún momento respuesta a los ataques de Palacio Nacional, y a los orquestados en las Cámaras de Diputados y del Senado; cada trinchera en la labor de desgaste a la Corte.
Los primos Armenta y Mier, se disputan la candidatura por Morena al Gobierno de Puebla. Dos sujetos abyectos hasta la ignominia, capaces de muchas cosas, para ser el “elegido” por el señor presidente López. Ambos, parientes, tuvieron una semana ante los medios, exhibiendo su ignorancia acerca de la Constitución y de las Leyes de ahí emanadas.
Tal vez, y sólo tal vez, eso provocó la reacción de Norma Lucía Piña. El caso es que abrió la puerta para que los ataques continúen, que, decirlo es importante, con yerro o sin yerro, la estrategia continúa, pero con mayor agresividad y precisión.
En algunas de las escasas entrevistas que ha otorgado la señora magistrada, había afirmado que el WhatsApp le daba desconfianza y que no tenía redes sociales (RRSS), por eso la duda que tuvimos de sí había sido ella la autora o no.
Sin embargo, al día siguiente del escándalo provocado por Armenta, en la tribuna del Congreso, la magistrada Noma Piña, publicó una carta en la que aceptaba la autoría de esos textos, y se disculpaba por su lenguaje frontal, y aclaraba que de ninguna manera fueron amenazas.
La reacción del señor senador Armenta, fue un recorrido por los medios, fijando su postura, haciendo el papel de víctima, “aceptando” el consejo del presidente López, Obrador de no presentar querella judicial en contra de la señora Piña.
El texto a mi entender, fue dirigido a Alejandro Armenta, en su calidad de senador y no de presidente del Congreso de la Unión; las declaraciones del poblano no fueron como presidente del Congreso, criticó a nombre propio, de lo contrario, entenderíamos que los partidos representados en el Congreso recibieron esos textos y se dieron por aludidos.
Lo cierto es que no fue un atinado actuar, sobretodo por quien es ella en su investidura.
La jurista, que había obtenido un importante récord al no darse por aludida, ante los ataques cotidianos desde las “mañaneras” en Palacio Nacional, por el hombre que debiera llamar a la unidad nacional, lo echó abajo.
Señor Presidente, serénese, relájese, controle su temperamento, los estadistas no actúan como vulgares ambiciosos, ni como peleadores callejeros; los estadistas escuchan, se dejan aconsejar y conservan la calma. Olvidé, usted no es estadista. La dictadura se consolida.
Hasta la próxima
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