La irresponsabilidad y desfachatez del Ejecutivo
En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- A partir de diciembre del 2018, se apoderó del país un sentimiento de venganza, de odio entre mexicanos, y la oposición con las peores dirigencias en la historia moderna de nuestra democracia electoral, no han podido o han estado más pendientes de sus propios intereses y para nada han velado por el interés ciudadano.
Ha sido la sociedad civil fue quien se organizó para la defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), institución hoy gobernada por una obradorista, Guadalupe Taddei Zavala, y tres consejeros que llegaron con ella, igualmente morenistas.
De esa manera el mandatario mexicano de todas formas se hizo del INE, no como el quería, pero ya controla esa institución.
Irresponsablemente López Obrador ha regado desde las “mañaneras” que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), está podrida, todos los días la ataca, principalmente a su presidenta la magistrada Norma Lucía Piña.
Con tal desfachatez el primer mandatario mexicano miente de manera manipuladora y propagandista, que afirma que la SCJN le quiere parar sus obras insignia, las más importantes, lo cierto es que la Corte se pronunció en favor de que esas mega obras, sean transparentes y no se reserve la información durante algún tiempo.
La transparencia, enferma al presidente de México a tal grado sus reacciones son una fuente de división y odio entre los ciudadanos, de quienes se burla y moteja como se le da la gana, sin importar si son sus seguidores o no.
El señor presidente es un personaje indescriptible, un sujeto en cuya única iniciativa es su voz y ocurrencias, por meterse en asuntos que no debía; tronó la venta de Citi Banamex a Larrea un mega empresario minero y dueño de muchas grandes empresas.
A Grupo México de Larrea le canceló la concesión de un tramo de vías de ferrocarril, justo cuando negociaban el monto de la operación, el gobierno de López le invade con elementos de la Marina Armada de México.
Una muy mala señal para la inversión nacional y extranjera, por la falta de seguridad y certeza jurídica.
Las consecuencias de la irresponsabilidad del señor López Obrador aún no es posible dimensionarlas. Hace unos días expropió terrenos adyacentes al Aeropuerto Felipe Ángeles, entregado para su administración al Ejército, para construir ahí, las terminales del tren que presumió en la inauguración del AIFA, y que fuera una representación virtual.
Mitómano, perverso, locuaz, el ciudadano presidente, lleva a México en una espiral de corrupción y decadencia.
No tiene límites, las instituciones que sirvieran de contrapeso a las presidencias anteriores, las ha destruido, so pretexto de una austeridad franciscana, que no aplica para él ni a su familia cercana; las secretarías federales apenas tienen lo básico, los hospitales públicos sobreviven apenas, los institutos y demás dependencias del ejecutivo, son encargadas a personas incompetentes, que una vez en sus cargos, se dedican a la práctica de la corrupción.
El presidente provoca la violencia entre ciudadanos, y promueve constantemente el desacato a las leyes. Festejó la irracionalidad del Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, quien vino con empleados de su gobierno, únicamente a agredir, insultar a los Magistrados y a su Presidenta.
Sin recato, sin tantita vergüenza, gobierna a golpe de insultos, las “corcholatas” que se disputan la candidatura de Morena a la presidencia de México, cuyas elecciones se tendrán el 2024, se dan con todo, y violan leyes como deporte.
A México ya lo perdimos, las oposiciones con los liderazgos actuales ,que están más preocupados en sus propios intereses que en la patria, y los impensantes, esos ciudadanos rendidos a los pies de su tropical mesías incapaces de razonar.
Hasta la próxima
Lo mas leído
- Rastrean millonarias "inversiones" del exgobernador
- Elegí Zacatecas para que ahí se quede la delincuencia organizada
- López Obrador pretende convertir a 50 mil “ninis” en sicarios de la “transformación de cuarta”
- Fideicomiso: Fraude y lavado de dinero, aquí las evidencias
- En la mira de Estados Unidos Miguel Alonso y cómplices