Las trampas de la democracia en la 4T
En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- Cuando aquél primero de diciembre, del ya casi lejano 2018, López Obrador se erigía como primer mandatario de México, a no pocos, un nudo en el estómago se nos formó, era la confirmación de que algo terrible se cernía sobre nuestra Nación, no erramos, ni exageramos.
La llegada que el señor del Palacio, su Palacio, ha dado en llamar Cuarta Transformación, no ha sido otra cosa, sino la destrucción del entramado institucional que a lo largo de décadas nos habíamos tejido los mexicanos, para equilibrar los tres poderes de nuestra democracia.
Perfectibles, porque nada de lo humano es perfecto, ese entramado nos permitía funcionar, nos permitía la convivencia pacífica.
El sistema de salud pública operaba con regularidad, no al cien por cien, pero se movía entre el ochenta y noventa por cien, lo que lo hacía funcional, había quejas sin dudas, inconformidades, pero no como ahora sucede, que la escasez de medicamentos tan elementales como el ácido acetilsalicílico, está fuera de existencia, o medicamentos como la Pregabalina, y así podría seguir la lista.
La destrucción ha sido de tal magnitud, que, para evitar más demandas, este gobierno ha preferido la desaparición de las Normas Oficiales Mexicanas de Salud para evitar homologar los tratamientos y librar los escollos jurídicos, que pudieran surgir.
Es tal la crueldad de quien rige los destinos de México, que ha afirmado que las NOM no las conoce el pueblo y que “por tanto para qué las quieren” estulta afirmación, que desde luego el “pueblo bueno”, le cree.
La inseguridad crece como un cáncer que ya en fase terminal explota en una metástasis incurable. La puntada de los “abrazos, no balazos” no ha hecho sino reafirmar al crimen organizado como una especie de cogobierno, y en muchos municipios ha desplazado a las autoridades legales, en otros han echado de sus tierras y hogares a cientos de pobladores.
López Obrador encerrado en su palacio, no ve la realidad o si la ve, le da vuelta, evade todo con la trillada, pero eficaz frase de: “tengo otros datos”, el ciudadano Presidente ofende y agrede sin que nadie le diga, lo confronte, con un: ¡Basta ya Presidente!
En la Educación, el señor López Obrador ha aupado que un grupo de comunistas y socialistas, mexicanos y venezolanos metan mano en el diseño de los libros de texto gratuitos, sin que expertos en pedagogía opinen, colaboren. Todo en la secrecía, para imponer ideología, para imponer la agenda Puebla heredera del Foro Sao Paulo. Grave daño a la niñez y adolescencia de México.
López Obrador el gran violador de la Constitución, el transgresor de las leyes, el gran corruptor, violar las leyes es corromper y hacer un grave daño, invadir el ámbito de competencia de otros poderes es corrupción, incitar a la desobediencia de las leyes es corrupción, señalar que en el pasado hubo corrupción y no acudir ante las autoridades ha denunciar: ¡es corrupción!
Usar el dinero público para asuntos personales es corrupción, desviar recursos establecidos para un fin y aplicarlos en otros, es corrupción.
Utilizar las mañaneras para atacar, ofender, acusar sin pruebas, calumniar, intimidar, son actos de corrupción.
Dejar a menores de edad sin derecho a la salud, es corrupción, otorgar recursos del erario a personas sin trabajar y sin mérito, es corrupción. En suma, el gobierno de López Obrador es el más corrupto en la historia del país.
Hasta la próxima
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