Corrupción y mitomanía dieron al traste a su gobierno

La desesperación infunde valor al cobarde 

Thomas Fuller

La desesperación se adueñó de López Obrador ante la estrepitosa caída al 5o año de su gobierno. El fanatismo casi religioso que aún le profesan +-10 millones de mexicanos, ya no le alcanza para refrendar el triunfo en las urnas en el 2024. Los “apoyos” tampoco alcanzan, por lo que acelera el autoritarismo en favor de su partido político 

Salomón Jara, gobernador de Oaxaca por Morena disolvió al Tribunal de Justicia Administrativa de Oaxaca. En su lugar, los diputados de Oaxaca (en su mayoría de Morena) renombraron al organismo en el Tribunal de Justicia Administrativa y Combate a la Corrupción del Estado de Oaxaca (TJACCO) y designaron a siete nuevos magistrados.

El pasado martes 25 del mes y año en curso, en las instalaciones del Instituto, tuvo lugar una reunión de la Conago (Conferencia Nacional de Gobernadores) y algunos consejeros del órgano electoral, Salomón Jara, presidente de la Conago, dio la instrucción de excluir a la prensa. La consejera presidente del instituto Electoral Guadalupe Tadei se limitó a obedecer al gobernador.

Estos hechos hieden a la dictadura venezolana, cuyo promotor es el principal asesor de Salomón Jara gobernador de Oaxaca Juan Carlos Monedero, ex asesor del dictador Venezolano Hugo Chávez, autor de la frase: “Para hacer política hay que ensuciarse las manos”, además de ser investigado en España por un maga operativo de lavado de dinero.

Mientras el Presidente López Obrador se dedica en cuerpo y alma a buscarle la cuadratura a su plan “Z” para reventar la elección del 2024, deja en manos de chavistas y castristas la conducción de las acciones que den inicio a la consolidación de una dictadura en México, violentando el Estado de derecho,  fulminando instituciones, ignorando la Constitución y sometiendo al Instituto Electoral a las nuevas reglas de la dictadura en ciernes.

Mientras el Presidente López Obrador termina de instaurar su dictadura bolivariana, y busca salvar su pellejo y de su familia, impulsa desde Palacio Nacional la oclocracia, cuya autoridad proviene de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo del tropel, nunca el gobierno de un pueblo.

Nos sorprendíamos de Cuba y Venezuela