Violencia, violencia, y más violencia
En opinión del Dr. Jesús Corona Osornio.- Desde la perspectiva del gobierno de Morena, México no vive una ola de violencia, los restos humanos encontrados en Poza Rica, embalados en refrigeradores, los jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, los videos que circulan de asaltos en carreteras de Veracruz, los muertos de la Autopista del Sol en Guerrero, las muertes por violencia en Michoacán, los feminicidios en cualquier parte del país, no son suficientes motivos, para hacer reaccionar al Gobierno Federal y reconocer la realidad.
La ciega obediencia de los 22 gobernadores morenistas al presidente López, es sin duda uno de los motivos del enrarecimiento político que se vive en el País. Incapaces de aplicar en lo local una serie de medidas para someter al crimen organizado y al narco. Incapaces de accionar para bien de sus votantes, operan sí, pero para quedar bien con el señor del palacio.
Cuál es el motivo por el que nadie enfrenta a López Obrador; Qué podrían deberle, o es tan grande el miedo a la ira frenética del señor del Palacio, nadie lo sabe, quizás sólo lo intuimos.
Lo cierto es que gobernadores, senadores, diputados, cual párvulos ante el maestro, son tan dóciles, tan estultamente dóciles, y agachones hasta la ignominia.
Hace ya tiempo esta columna denunció que como norma girada desde la presidencia, en cada discurso de los gobernadores, se debe mencionar el nombre de AMLO, mínimo dos veces, el culto a la persona.
En México la ilegalidad es ya una forma de gobierno, Morena la ha implementado, lo legal no es algo que ni el presidente desea fomentar.
Hace cinco años la llegada de Andrés Manuel a la Presidencia de la República, ha vulgarizado la política, la ha transformado en chisme de lavadero, en insultos, ofensas, descalificaciones, agravios y miles de mentiras.
El ambiente en nuestro país tiene un profundo olor a muerte, una carga de dolor terrible, asesinatos todos los días por todo el territorio nacional. En el Palacio del señor López, rodeado de sus aduladores y lustra botas, el señor vive en un mundo irreal, en un mundo de juguete, el vive para sí mismo.
El presidente no escucha, no ve, habla, habla, habla hasta el hartazgo, bufonada tras bufonada, y de vez en cuando humor negro, un humor putrefacto. México requería de un Estadista, pero treinta millones contrataron con sus votos a un ignorante, un ser inhumano, cruel y resentido.
Duelen el olor a muerte, la ausencia de legalidad, los abrazos tanto como los balazos, duele la Patria.
Hasta la próxima
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