Nada es para siempre

Refrán popular 

A punto de cumplir cinco años el gobierno de la Cuarta Transformación, acusa los efectos del cáncer que la está matando: Corrupción, improvisación en la administración pública y por supuesto, la gravísima violencia que López Obrador y fanáticos se empeñan sin sustento endosar a Felipe Calderón, cuando en realidad la “herencia maldita” vino de Enrique Peña Nieto, al que no se atreven siquiera mencionar. 

El evangelio del Presidente desde el púlpito de la conferencia mañanera ha perdido la efectividad que en su momento cautivó a millones de mexicanos, por el contrario, hoy el insulto se ha convertido en el guión principal de sus conferencias ante una realidad que se estrella en su rostro, y que apunta a la inminente muerte de su proyecto y gobierno, sin ninguna posibilidad de salvación. 

Las mentiras del Presiente tocaron fondo. El sistema de salud pública, lejos de alcanzar niveles de calidad como Dinamarca, colapsó; la universidades del bienestar, un fracaso, no han generado un solo egresado; el Programa Sembrando Vida sólo enriqueció a los hijos del Presidente, el Banco del Bienestar en quiebra; el Aeropuerto Felipe Ángeles sin pasajeros; la refinería Dos Bocas sin producir un solo barril de gasolina, un Trena maya que sus vagones parecen sacados del Metro de la ciudad de México, y así sucesivamente, sumado a los exorbitantes sobrecostos de estas obras.

Habrá que agregar otros elementos del cáncer: más de cien mil desparecidos que el gobierno federal se niega a buscar; 165 mil asesinados que sus familiares claman justicia; los más de 80 mil médicos despedidos y reprimidos; más de 5 mil niños que murieron por falta de medicamentos contra el cáncer; 700 mil muertos por el criminal manejo del Covid, 56 periodistas y 54 ambientalistas asesinados, que se suman a los miles de células cancerígenas en contra de la salud Presidente y su gobierno de la Cuarta Transformación.  

La pública sociedad del gobierno federal con los cárteles del narcotráfico, la impunidad otorgada desde Palacio Nacional, que tiene convertido al país en una gran fosa común, además miles de desparecidos, además de la pública defensa de un cártel en voz del Presidente, y por supuesto, el descarado enriquecimiento ilícito de sus hijos y familiares, así como la gran corrupción desde secretarios de Estado hasta el funcionario menor emanado de Morena, forman parte de las células mortales que tienen al borde de la muerte a la Cuarta Transformación. 

10 millones de fanáticos convertidos en respirador artificial para mantener vivo al gobierno de la Cuarta Transformación, dejará de funcionar del día 6 de septiembre cuando López Obrador destape a Claudia Sheinbaum a la candidatura al 2024, será entonces cuando dé inicio intensa guerra por Marcelo Ebrard apoyado por Ricardo Monreal, inmersa en el lodazal de cientos de filtraciones a la par con Guacamaya leaks y Latinus exhibiendo los latrocinios de Claudia Sheinbaum. 

Los estados gobernados por Morena como: Michoacán, Guerrero, Ciudad de México, Tamaulipas, Chiapas, Quintana Roo, y Zacatecas entre otros, convertidos en zona de guerra, de masacres, confirman los estertores del gobierno de la Cuarta Transformación; por otra parte, esta situación ha incrementado la indignación de los legisladores Republicanos en los Estados Unidos, los que, aprovechando la agonía del proyecto obradorista, y la tibieza del Presidente Joe Biden con el gobierno de México, tomarán por su cuenta la solución al problema de la violencia y producción de fentanilo en México. 

Estos votarán favorablemente la iniciativa de ley para calificar a los narcotraficantes de terroristas, con todas las facultades que esto implica al gobierno estadounidense, además de solicitar a la Agencia Antidrogas (DEA), que al termino del mandato del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sea extraditado para ser juzgado en los Estados Unidos por su participación en el narcotráfico, como sucedió con el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernandez. 

Nada es para siempre