Señor usted es mi patrón nada me faltará…

El general que avanza sin codiciar fama y se retira sin temer la desgracia, cuyo único pensamiento es proteger a su país y hacer un buen servicio a su soberano, es la joya del reino 

Sun Tzu

En contraste con la esencia de esta frase de la obra literaria El Arte de la Guerra (Sun Tzu), López Obrador Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas ha llevado al ejército por los senderos de la corrupción asignando miles de millones de pesos a la cúpula militar, así como a un selecto grupo de militares de alto rango, hoy convertidos en exitosos empresarios.

El aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, obras entregadas a los militares, han requerido de más de 1.5 billones de pesos, mismos que se han administrado, y repartido desde el despacho del General Secretario Luis Cresencio Sandoval, y que han permitido a los militares pasar de hombres convencionales a multimillonarios, riqueza que contrasta con la pobreza de más de 60 millones de mexicanos. 

Ante tales cañonazos de billetes, los militares no se han resistido, a cambio obedecen sin chistar todos y cada una de las órdenes del Presidente López Obrador: La petición principal es “no tocar ni con el pétalo de una rosa” a las bandas delictivas, principalmente las dedicadas al trasiego de drogas, armas y personas, actividades que anualmente reportan ganancias que superan los 50 mil millones de dólares al año, algo así como 1 billón de pesos. 

Tiene razón Pablo Hiriart, López Obrador le ha entregado al ejército además de las obras anteriormente mencionadas, los aeropuertos de Nogales, Nuevo Laredo, Uruapan, AIFA, Tamuín, Ciudad Victoria, Puebla, Ixtepec, Palenque, Campeche, Chetumal, Tulum y Toluca. Además les dieron el control de suministros de combustibles que realizaba Aeropuertos y Servicios Auxiliares, es decir la comercialización de turbosina en terminales aéreas que controla.

La ruta del tráfico de drogas y es lo que el Presidente, con o sin intención, ha entregado a las Fuerzas Armadas: 

  • La droga entra por los puertos que controlan 
  • Se puede mover por el espacio aéreo que controlan 
  • Se baja en los aeropuertos que controlan 
  • Se podrá ir del Golfo al Pacífico por el ferrocarril interoceánico que controlarán 
  • Se pasa por las aduanas que controlan 
  • Y los encargados de perseguir al narco también son los militares.

A pesar que millones de padres de familia siguen llorando a sus hijos  y familiares muertos por consumo de drogas, otros miles desparecidos por participar en el narcomenudeo y narcotráfico, los fanáticos seguidores del presidente insisten en culpar a los que se fueron y justificar el criminal gobierno que protege y participa en el negocio de la muerte apoyado en el que un día fue el glorioso Ejército Mexicano. 

Si parece pato, grazna como pato, camina como pato, es un pato…