México la Cuba que viene…
“El poder no es un medio Winston. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura (…) El objetivo del poder es el poder ”
George Orwell
La devastación que a su paso dejó el huracán Otis en el puerto de Acapulco, ratificó la nulidad del Presidente, del gobierno, de sus instituciones dirigidas por incondicionales con una capacidad del 10% y 90% de “lealtad” (al erario). A esto habrá que agregar la “lucidez” del alto mando de las Fuerzas Armadas que optaron por trasladar al Presidente vía terrestre, ocurrencia que terminó en una grotesca imagen del mandatario atascado en el lodo.
Inéditos los daños causados por el fenómeno natural, como la parálisis gubernamental. El Presidente optó por entregar el gobierno y responsabilidad a militares y marinos en un ejercicio real de su probable participación en el próximo gobierno de ganar Morena la elección del 2024, mientras tanto, López Obrador continuó con su agenda proselitista acudiendo a eventos en el estado de México, olvidándose de la tragedia que sufren los guerrerenses.
La indolencia presidencial tiene su razón de ser. Dejar que las Fuerzas Armadas controlen todo, absolutamente todo, para que el pueblo bueno y sabio se vaya acostumbrando a depender del Estado. Alimentos, servicios, combustibles, medicamentos, etc., controlando todo, absolutamente todo, sin excepción, racionado como se hace en Cuba, acciones arropadas con un gran despliegue mediático que pretende impactar en el ánimo de los damnificados para que “agradezcan” al gobierno.
El ejército por conducto del General secretario Luis Cresencio Sandoval justificó la requisa de víveres, ropa y medicamentos en la carretera que conduce al puerto de Acapulco: “Los víveres y demás productos solo podrán entrar a la zona siniestrada en vehículos militares”. Aseguró que el objetivo de esta medida es evitar que existan “aglomeraciones” en las principales vías terrestres del puerto, que dificulten las actividades de recuperación.
Lo que no dijo el General secretario fue que los víveres y apoyos requisados son empacados en cajas con el logotipo y leyenda de: Gobierno de México.
El plan piloto del Presidente se complementa con el envío de 1 mil “Servidores de la Nación” encargados de distribuir las raciones entre la población, no si antes solicitar las credenciales del INE para u supuesto padrón de damnificados, cuando en realidad será para fines electorales. De igual forma, los carros de peritoneo con la voz del dictador, perdón, del Presidente con un mensaje de solidaridad a los damnificados, da cuenta de la orfandad del mandatario.
Esta tragedia le vino como “anillo al dedo” hacer campaña en favor de Morena y poder justificar el envió de médicos (agentes) cubanos y venezolanos que serán los responsables de evaluar la aplicación de medidas de corte socialista como la racionalización de alimentos, y servicios, para posteriormente, de ganar la elección su corcholata favorita implementarlas en el próximo gobierno.
La Cuba que viene está tocando a la puerta
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