Otis exhibe al diminuto presidente

“La naturaleza no hace nada en vano ”

Aristóteles 

En México cuando todo parecía perdido, cuando el Presidente más tramposo y corrupto de la historia de México avasalla opositores, adversarios y periodistas, llegó el meteoro llamado Otis, nombre coincidente con la marca de elevadores, que sus devastadores efectos entre la población porteña y municipios serranos, hirió de muerte las aspiraciones de la corcholata y del propio primer mandatario.

Cuando el Presidente vivía contento, feliz, y daba continuidad a la ruta para imponer a sangre y fuego de Claudia Sheinbaum; cuando más de 50 mil millones de pesos estaban listos para la operación “Bienestar 2024”; cuando el Cártel de Sinaloa había “digerido” la extradición de Olvido Guzmán y volvían a los acuerdos iniciales; cuando el ejército estaba preparado para intervenir en la elección, llegó el huracán Otis, y con él la desgracia del macuspano. 

Después de horas de retraso, salió a los medios con información de agencias extranjeras que tuvo desde un día antes de la tragedia, intentó viajar vía terrestre al puerto para terminar atascado entre el lodo de la nulidad; militarizó la ayuda de la sociedad civil, y convirtió la tragedia en una campaña de proselitismo con más de 2 mil “Servidores de la Nación”. Nada sirvió, todo se le revirtió al grado que mujeres entrevistadas por canal televisivo le mandaron decir. “estamos emputadísimas, nos vemos en la elección”.

¡Pinches! sí, pinches 150 despensas entregadas por la Secretaría de Marina a 6 días de la tragedia, cuando miles de familias lloran y sufren no solo la pérdida de su patrimonio, la carencia de un techo, sin energía eléctrica, alimentos, agua, medicamentos-bueno normal-internet, etc. Hoy la ausencia de autoridades de los tres niveles de gobierno que den la cara a los miles de encabronados guerrerenses, da cuenta del valemadrismo de la Cuarta Transformación.

Entre los justificados insultos de los acapulqueños, el fracaso de la logística militarizada en la distribución de los víveres, los más de 20 mil millones de dólares que de inicio costará la reconstrucción, la multimillonaria condonación tributaria para la creación de empleos, pero sobre todo, la inesperada caída a los infiernos del desamor de sus queridos solovinos, que a pesar que reciben las dádivas de la Cuarta Transformación lo mandaron mucho a… su rancho. López Obrador pasó de pejelandia al México bronco.

En Guerrero el narco se frota las manos…