La sumisión y apatía de un pueblo bueno y sabio ante la destrucción del país, es un fiel reflejo desde la colonización, hasta la época de las tiendas de raya, que no ha podido superar la esclavitud que los acostumbró a tener un patrón, un amo a quien obedecer; los hábitos de la sumisión y obediencia parecen haber sido transmitidos genéticamente a las siguientes generaciones.

Atrás quedó el tiempo de los aguerridos independentistas y revolucionarios reacios a la obediencia, a tener un patrón que los coartar lo más preciado del ser humano, su libertad; los amos que hoy manipulan y someten a millones de mexicanos invocan los próceres que nos dieron Patria, y abolieron las cadenas de la esclavitud, cadenas que los sátrapas hoy desprecian ante rebaños de sumisos y obedientes esclavos.

Besar la mano del amo, desgraciadamente está tan vigente como en los tiempos de la Colonia, también de aquellas tiendas de raya; hoy se desgarran las vestiduras, llevan su fidelidad, su lealtad  al límite a quienes los someten, y abusan de su ignorancia, de su pobreza, incluso, entregan a sus hijos para que los apadrinen y abusen de ellos, de ellas como agradecimiento a la “distinción”.

Familias enteras en el país convertidas en amos y señores de la vida de millones de mexicanos, continúan abusando de sus posiciones de poder, saqueando el erario, cooptan a hombres y mujeres jóvenes para convertirlos en sus concubinos, concubinas en turno, y cuando cumplen su función de mancebos, son colocados en cargos gubernamentales, legislativos y cuando la pasión les gana, hasta gobernadores los hacen.

La frase de Emiliano Zapata hoy adquiere más vigencia que nunca. “La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía”. Esa tiranía que un pueblo bueno y sabio sigue lamiendo la bota que los pisa y besando la mano que los explota, que los engaña, que los oprime. 

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Zacatecas mucho que contar de estos sátrapas