La tragedia que viene

“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece ”

Joseph de Maistre

A las víctimas del demente  

Ninguna acción que emprenda el régimen autoritario de Andrés Manuel López Obrador, será un acto de buena fe, por el contrario, su megalomanía y desequilibrio mental, que hoy tiene al país a punto del despeñadero, seguirá la misma tendencia para terminar en un régimen totalitario.

El ejemplo más claro, fue la celebración del proceso legislativo para votar y aprobar la reforma al Poder Judicial, a pesar de existir tres suspensiones  del acto reclamado que jueces federales otorgaron (una definitiva), por vicios de procedimiento al proceso legislativo por el grupo parlamentario de Morena, les valió madres, la votaron y aprobaron.

López Obrador envió un decreto constitucional en materia de vivienda, como “plan piloto” (lectura de mi experto gurú), para a futuro eliminar la propiedad privada, iniciativa que hizo suya el jefe de gobierno Martí Batres, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, que eliminó de la legislación capitalina el “respeto a la propiedad privada” como principio rector.  

El 2 de septiembre de 2024, la Gaceta Oficial de la Ciudad de México publicó una reforma al inciso A, numeral 2 del artículo 3 de la Constitución Política de la Ciudad de México. El único cambio consiste en eliminar el respeto a la propiedad privada como principio rector en la Constitución de la CDMX.

Eliminar el artículo 3o la mención del derecho a la propiedad como un derecho humano, es el preludio de una serie de expropiaciones posibles para gestionar desde el gobierno el problema de la vivienda., escribió el abogado Ignacio Morales Lechuga.

Las expropiaciones se enfocarían en grandes torres y complejos de habitacionales, principalmente en zonas de alta plusvalía, “porque el pueblo también tiene derecho a estos espacios, que seguramente fueron adquiridos productos de actos de corrupción de los cárteles inmobiliarios”. 

A partir de las primeras expropiaciones por “utilidad pública”, desencadenarán una escalada de “expropiaciones revolucionarias”, en apoyo al gobierno “humanista” de Claudia Sheinbaum (léase López Obrador).

A este acto de autoritarismo, agregue usted estimado lector, la transformación del Poder Judicial en el brazo armado y ventanilla de “cobranza de agravios” a opositores al proyecto de la Cuarta Transformación, que sustituirá ministros, magistrados y jueces con carrera judicial, por resentidos fanáticos del fundamentalismo de la Cuarta Transformación, intoxicados por el discurso sociópata de López Obrador.

La tragedia que viene alcanzará a millones de mexicanos, incluyendo a los 50 millones de mascotas, así les llama López Obrador. Dentro de algunos años, padres, hermanos y abuelos, la mayoría habrán fallecido y el resto desde la vejez, observarán impotentes el terror de la dictadura, que arrebatará todo lo que la gente de bien, con esfuerzo y tesón fueron logrando a través de los años. 

Desde el inicio del sexenio lo he venido advirtiendo y me tildaron de loco…