Noroña de Zacatecas

“De todas las formas de engañar a los demás, la pose de seriedad es la que hace más estragos ”

Santiago Rusiñol Prats

Gerardo Fernández Noroña y Ernesto González Romo tienen algo más que en común que el físico, su servidumbre al poder, la estridencia y el escándalo con el que han navegado con éxito en la arena política, ante su supina ignorancia. Ambos han escalado posiciones inimaginables en sus escenarios, nacional y doméstico respectivamente, gracias a la servidumbre al servicio de sus patrones.

Recordemos el modus operandi de ambos personajes. En junio del 2006, las ocho cajas vacías que Fernández Noroña y Claudia Sheinbaum llevaron a la casa de campaña de Felipe Calderón con presuntos contratos con los que el expresidente había favorecido a su cuñado Diego Zavala.

En noviembre del 2021 la denuncia presentando por el entonces diputado local Ernesto González Romo, ante la Unidad de Inteligencia Financiera por la que llamó “estafa legislativa”, denuncia que publicó como siquiera descubierto el hilo negro, que la UIF determinó y califico como “insustancial”. 

Escribió William Shakespeare, mucho ruido pocas nueces…

Ernesto González Romo, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), denunció y “demostró” lo que para él son las evidencias del robo del Centro Cultural Toma de Zacatecas del que, dijo, “es un emblema de la corrupción del pasado”, pero también “reconoció que es un tema, porque los delitos prescribieron” y refirió que es un desfalco “enorme” a las arcas públicas de un estado pobre, según boletín de prensa de la SFP.

González Romo abre una nueva etapa beligerante desde la Secretaría de la Función Púbica, ahora en contra de Guillermo Huizar y Fernando Soto exsecretarios de Finanzas, aprovechando que ambos fueron vetados por su patrón Ricardo Monreal. 

González Romo se equivocó, escupió al cielo; olvidó que los hechos que denuncia sucedieron durante el gobierno de Miguel Alejandro Alonso Reyes, en su momento, el niño consentido su patrón el senador Ricardo Monreal Ávila, además, en el país como en los estados, no se mueve la hoja de un árbol sin la venia del titular del Poder Ejecutivo.

Bien entonces, si ya prescribieron los presuntos delitos de los que habla Ernesto González Romo, para qué tanto escándalo, a pesar que a los exsecretarios que hoy acusa ni siquiera signaron los contratos. González Romo como Fernandez Noroña sobreviven políticamente del escándalo, el primero en mención siempre, azuzado por su protectora de planta Soledad Luévano.

Para no quedarnos con la duda de la presunta corrupción que asegura Ernesto González Romo se dió en la obra Centro Cultural Toma de Zacatecas, hurgamos en el portal de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), y encontramos esta información de la Auditoría Superior del Estado de Zacatecas (ASE). 

https://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2016ii/Documentos/Auditorias/2016_1742_a.pdf 

https://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2015i/Documentos/Auditorias/2015_1557_a.pdf 

https://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2014i/Documentos/Auditorias/2014_0951_a.pdf 

¡Secretario ya chole!