Los jueces de un gobierno narco

“Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado ”

Voltaire

A Norma Galarza amenazada por el Cártel de Puebla del Palmar 

Así como la obra pictórica de Goya Saturno devorando a su hijo, así el narco y la delincuencia organizada se engullirán al Estado mexicano, sin que nada, ni nadie lo pueda impedir. Los inexpertos narcopolíitcos ignoran los incalculables alcances de quienes manejan miles de millones de dólares, como lo han venido haciendo desde el siglo pasado. 

El reclutamiento de vasallos del imperio de López Obrador para acceder a cargos de jueces, magistrados y ministros, deja en claro, que así como la delincuencia organizada se infiltró en los ayuntamientos y gobiernos estatales puestos al descubierto por el operativo “Enjambre”, también lo harán con el Poder Judicial para no depender de terceros.

Para un narcogobierno, no bastan las capacidades de Omar García Harfuch secretario de Seguridad Pública Federal, lamentablemente se requiere “que sean del mismo palo para que la cuña apriete”, la experiencia como la del general Salvador Cienfuegos y/o un Genaro García Luna, que sepan contener la infiltración de los capos de la droga en el tejido del Estado Mexicano.

El Poder Judicial no solo se prestará para continuar otorgando impunidad institucional a los delincuentes, sino, ante la estulticia del 90% de los nuevos juzgadores, terminarán destruyendo familias, empresas, y convertidos en cobradores de afrentas personales. Por supuesto se enriquecerán a costa del poder como lo han hecho los López Beltrán, Batres Guadarrama, Alcalde Luján, Imaz Gispert y Monreal Ávila entre otros. 

Los principales cárteles (CDS, CJNG, CDG), sólo necesitaron seis años para hacerse de los poderes Ejecutivo y Legislativo, un año más tarde, del Judicial, con el que cierran la pinza y ahora sí serán dueños únicos de México. 

López Obrador y su hijo “Andy” apostaron mal debido a su inexperiencia con el narco, estos, ya se los comieron vivos a cambio de unos cuantos millones de dólares; ahora México no seguirá siendo un narcogobierno, sino un “gobierno narco”.