Por Fredy Barajas.- En cada evento de copa mundial de fútbol, una empresa refresquera reparte a discreción un calendario que contiene las fechas de los compromisos deportivos y espacios para anotar los encuentros de las semifinales, son muy prácticos, de bolsillo, no requieren de mucha inteligencia para entender e interpretarse,  la capacidad de los expertos mercadólogos que llevan una vida profesionalizándose en como sostener una relación tóxica entre el consumidor y su producto, pues éste es la principal causa de una de las frustraciones más grandes hoy en día de mujeres y hombres, la obesidad, la diabetes y demás enfermedades que atormentan a los consumidores. 

Algo así le pasa a México con los famosos acordeones judiciales, sólo que éstos rompen toda lógica; no caben en el bolsillo, no son prácticos y no son coleccionables, distancian aún más la relación del ciudadano con sus juzgadores, es decir les hace falta contratar expertos para que inviertan ingenio para vender la nocividad como práctica de felicidad.

El Poder Judicial es la balanza de equilibrio entre los otros dos Poderes de Estado, el Ejecutivo y el Legislativo, con la característica de tener la alta responsabilidad de generar paz, orden y progreso en la Nación y el pueblo usando como herramienta la justicia, pues un ciudadano que siente justicia en los actos que le afectan termina por entender la función de si mismo ante del Estado y ante los demás ciudadanos. 

Si los Mexicanos nos permitiéramos analizar solo un minuto con lógica progresista la elección y a los elegibles caeríamos en una sola cuenta comprensible, no necesitamos “ni paleros, ni opositores a ultranza”, como Ministros Magistrados y Jueces, lo que necesitamos los Mexicanos y la nación es personas con criterio, sentido común y amplios conocimientos en la materia. 

Sin embargo, está muy lejos del alcance del pueblo, pues los postulantes a ocupar dichos cargos (por el tipo de proceso y lo complejo del mismo) son y seguirán siendo unos auténticos desconocidos en la generalidad, salvo muy honrosas excepciones.

Que sea por el bien de México vamos todos a votar mañana domingo