El secreto de Bucareli

“No hay secreto que el tiempo no revele ”

Jean-Baptiste Racine

Por Ramón Alberto Garza.- II de II partes.- Más en concreto, sobre el retiro de visas a políticos en activo como antesala a la posible desclasificación de lo que se ha dado en llamar la “Lista Marco”, esa letanía de nombres de personajes-la mayoría morenistas-que ya habrían sido investigados por el Departamento de Estado, que preside Marco Rubio, en un intento por exhibir las vinculaciones de políticos, empresarios y financieros con actividades ilícitas y con grupos criminales. 

En concreto, advierten quienes habrían conocido los detalles de ese encuentro secreto, lo que habría orillado al ex presidente López Obrador a asumir el riesgo de trasladarse al estacionamiento del Palacio de Cobián habría sido la intención de la presidenta Claudia Sheinbaum de intentar sugerirle a la gobernadora de Baja California, María del Pilar Ávila, la separación temporal de su cargo. Todo, mientras concluyeran las deliberaciones sobre los motivos por los que el gobierno de los Estados Unidos le habría suspendido su visa. A ella y a su marido. 

La sola idea de “seguirle el juego” a los norteamericanos encendió las luces de alerta en el ex presidente López Obrador. Sobre todo, cuando en la tan difundida “Lista Marco” se incluyen personajes muy ligados a su círculo íntimo, como Audomaro Martínez, Ricardo Peralta, Adán Augusto López, Mario Delgado, Rubén Rocha Moya y, por supuesto, la posibilidad del involucramiento de sus hijos Andrés, José Ramón y Gonzalo López Beltrán. 

El mensaje de López Obrador a la presidenta Claudia Sheinbaum se presume que era tan directo, tan cara a cara, tan delicado, que no existía la opción de enviarlo con un tercero. El mensaje pudiera ser tergiversado, agregarle asuntos “de su cosecha” o que ese enviado pudiera más tarde testificar o filtrar lo que el ex presidente le pedía a su sucesora. Tenía que ser personalmente, sin filtros ni intermediarios. 

Se trataría de definir, en aquella camioneta con cristales polarizados, la política de Estado -o mejor dicho, la estrategia del gobierno morenista- sobre qué hacer si desde Washington se activaran algunas de las detenciones de los hombres del llamado círculo íntimo lopezobradorista. Por lo pronto, se tendría que frenar la idea presidencial de solicitarle su licencia temporal a la gobernadora de Baja California, para evitar una crisis política en el seno del morenismo. 

Ni el ex presidente ni la Secretaria de Gobernación estarían de acuerdo con esa petición presidencial. De haberse dado tal como se viene filtrando, los efectos de aquel presunto encuentro en los sótanos de Bucareli estarían por escribirse. Aunque, por la temperatura política del momento y los mensajes que van llegando desde Estados Unidos, ya se pueden intuir las consecuencias. ¡Que Dios nos agarre con los cristales polarizados!

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