Por Carlos Pavón Campos.- Las deficiencias del sector salud en Zacatecas no son ninguna novedad. Que apenas ahora algunos “descubran” la gravedad del problema es otra cosa. Si se está hablando del tema es porque nosotros, las y los mineros del FRENTE, dijimos ¡basta!

Este es un problema que se arrastra desde hace al menos 15 años. Gobiernos van y vienen, familias se heredan el poder de una mano a otra, pero la salud nunca ha sido prioridad. El gobierno sigue creyendo que las aspirinas son la panacea.

Entre 2010 y 2018, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas registró 605 quejas contra el sistema de salud. Ninguna institución pública se salva. Pero lo que tampoco sorprende es que haya sido el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el más señalado, acumulando más del 50 % de las denuncias.

Y eso sin contar las quejas diarias, las que se quedan atrapadas en los pasillos del consultorio o en la farmacia donde nos dicen: "regrese la próxima semana a ver si ya llegó su medicamento". Mientras tanto, ¡espérenos!

Las farmacias de la esquina se han convertido en el verdadero sistema de salud para millones de mexicanos. No pasa un mes sin que aparezca un consultorio nuevo. No hace falta ser economista para entenderlo: el sistema público de salud está, por mucho, rebasado.

La deuda con los zacatecanos es profunda, y lo peor es que no parece haber intención de saldarla. Fue gracias a la movilización de más de 2,500 mineros del FRENTE que se desató una ola de inconformidades que dejó en evidencia el colapso de los hospitales públicos. Ya no pueden esconder el abandono.

Injustamente pagamos impuestos, nuestras cuotas al IMSS o al ISSSTE, para mantener a un sistema enfermo, decadente y en fase terminal, ya que en ellos no encontramos solución. 

En el FRENTE nunca callamos ni fuimos cómplices. Año con año marchamos de Fresnillo a las oficinas centrales del IMSS en Zacatecas, exigiendo lo que nos corresponde: derecho a la salud, abasto de medicamentos, más consultorios y atención médica digna.

Hoy estamos en un punto crítico. Si la sociedad no se moviliza y exige sus derechos, nadie nos los dará. A las y los gobernantes no les interesa la ciudadanía. Y eso, nos debe quedar muy claro.

Del lado sindical, prácticamente estamos solos. Pero no nos hace falta compañía. Las demás organizaciones están alineadas al poder: sus dirigentes han usado a sus agremiados como moneda de cambio. Silencio por de privilegios y en algunos casos para no pisar la cárcel.

Existe el Consejo Consultivo y el Consejo Técnico del IMSS, donde los trabajadores supuestamente tenemos representación, pero los sindicatos que ocupan esos lugares no hacen nada.

Ellos también llevan culpa en el deterioro del sector salud. Lo único que hacen es cobrar miles de pesos por ocupar un lugar que ni merecen y que tampoco ejercen. Esperemos que ahora se den cuenta de que su complicidad no solo denigra al movimiento obrero, sino que también enferma y mata.

En el FRENTE hemos emprendido nuestra propia lucha y haremos lo que sea necesario para estar mejor. Gracias a la unión y al apoyo de las y los compañeros mineros, se logró que el presidente municipal de Fresnillo, Javier Torres, donará un terreno para que ahí se edifique el nuevo Hospital General del IMSS que tanto necesitamos en Fresnillo.

A la par, se entabló comunicación con el director del IMSS, Zoé Robledo, a quien le expusimos el proyecto y obtuvimos su compromiso para lograr el hospital. Las gestiones del FRENTE también llegaron al Congreso local; instamos a los legisladores a autorizar de manera pronta la enajenación de dicho terreno.

Hoy podemos informar que el proyecto avanza: este jueves 5 de junio quedó autorizada la enajenación del terreno por parte del Congreso zacatecano, en la modalidad de donación en favor del Instituto Mexicano del Seguro Social, para la construcción del nuevo Hospital General de Zona, de 156 camas. #ElHospitalVa. Nosotros permaneceremos atentos, ya que ahora le toca al IMSS continuar con la construcción del hospital.

Las y los mineros del FRENTE, en compromiso con las familias fresnillenses, estaremos vigilantes, porque donde falte voluntad política, habrá organización minera. Seremos actores sociales y defensores de los derechos.

Y sí, nos preguntamos con rabia y con razón: ¿merecemos estos gobiernos? Cuestionémonos cada vez que podamos. No dejemos que la incapacidad, el desprecio y el olvido de las autoridades se conviertan en la nueva normalidad o en la nueva transformación.