Libre albedrío

“Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida: es un suicida en pie. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad que podía ser ”

José Ortega y Gasset

A mis colegas asesinados, desaparecidos y reprimidos 

El diccionario de la lengua española define el libre albedrío: “Voluntad no gobernada por la razón, sino por el apetito, antojo o capricho”. La sistemática destrucción de nuestro país por el capricho de un resentido social, que encontró eco en la podredumbre de una clase política amoral, voraz, corrupta (PRI), aunado a las deudas sociales de una revolución inconclusa, hoy tiene a millones de familias al filo del despeñadero.

Cada día, la costumbre de observar sin asombro el pulular de la muerte, el terrorismo, saqueos, extorsiones, destrucción de las instituciones, de las familias, desapariciones forzadas, miles de fosas comunes, complicidad del Estado, ausencia de salud pública, carencia de medicamentos, degeneración de la educación pública, y la promiscua relación de políticos con el narco, pasa como tiovivo ante los ojos de una sociedad ajena a una cruel realidad, mientras no les toque.

Donde la propiedad privada se ha convertido en botín de las bandas delincuenciales afines al gobierno de Morena, que a la menor provocación expropian o invaden a través de sus sicarios, desde humildes viviendas, hasta residencias, pasando por miles de hectáreas rurales y urbanas para el provecho de los gobernantes y jefes de gobierno, al amparo de  pasquines ideología comunistas, que pugnan por la “justicia social”.

Los caminos de México que en antaño se recorrían con seguridad, con el placer de disfrutar las maravillas naturales, culturales, gastronómicas, etc., hoy convertidos en caminos de salteadores amparados en la impunidad que les otorga el Estado mexicano, y en la protección de una Guardia Nacional corrupta. Cuando una familia es víctima de estos delincuentes, el gobierno dice “se va a investigar”, mientras la “indignación” popular dura hasta el término del día.

Pareciera que México vive bajo un sopor opiáceo que evita que millones de mexicanos despierten ante la crueldad del gobierno y de una inevitable implosión que cada día parece acercarse más y más, que esparcirá en ensangrentadas partículas de lo que fue un gran país; hoy el periodismo ajeno a las componendas del gobierno, se ejerce con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, en un vano intento por despertar al país, mientras los dueños temporales de la nación deciden el menú de destrucción y muerte del día siguiente.

Mucho país para tan…