México desahuciado

“La patria no existe sin el amor de sus hijos ”

Antonio Maura y Montaner

Como a los adultos mayores, una sociedad apática por el destino de su país, de su patria, cierra todos los caminos para permitirle renacer de sus cenizas como el ave Fénix, incluso, alimentan el cáncer con odas a quienes trajeron el virus, y voltean la mirada al lado contrario donde México agoniza.

Olvidan que mucho aprendieron y recibieron sin dar nada a cambio; la patria siempre estuvo ahí, presente para arroparlos y protegerlos ante los ventarrones que venían de fuera; todos aquellos que amaron a su patria hoy han fallecido, su legado fue borrado de un plumazo como el de los adultos mayores, que como la patria, se resisten a dejarse morir.

La única forma de entender este desprecio, es el gran egoísmo que infecta las mentes de aquellos que ingenuamente creen que toda su vida tendrán a este gran país, así como juventud; asumen para si el síndrome de la avestruz, para desde el fondo de la miseria humana esperan para para volver asomar la cabeza a un país que fue fértil, generoso, productivo, y que ahora como los adultos mayores se le ha dejado morir.

En el México de antaño, Dios y la patria ocupaban cada quien su lugar, no había mesías, ni falsos redentores que adorar, tampoco la miserable caridad que reciben como afrenta a una dignidad perdida. A su paso van enviando al sótano de la historia todos aquellos valores que reinaron en las familias mexicanas, así como lo hacen con aquellos adultos mayores que podrían perturbar su anodina existencia.

Cada mañana el país hiede a muerte, a traición, a destrucción, a una descomposición social que va contagiando los escasos órganos sanos de este gran país, y que la gente a su paso mira con una mueca de repulsión, olvidando que como los adultos mayores llegarán desnudos de ese amor y fidelidad que debieron profesarán a la tierra que les vio nacer, y que serán sepultados como apátridas, como fue su vida.

Ya se escuchan las campanas llamando al duelo…