A la chingada la propiedad privada

“El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete ese principio es intrínsecamente injusta ”

Jaime Luciano Balmes

La “gentrificación” define la Real Academia Española (RAE), “es un proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de un mayor poder adquisitivo”. Así sucedió en Tepito por empresarios coreanos sin que nadie haya protestado, aumentando al +-300% la plusvalía del barrio. 

La propuesta de Clara Brugada jefa de gobierno, así con minúsculas, no es otra cosa que un argucia para conseguir votos en el 2027 a cambio de expropiar inmuebles de las colonias Condesa, Hipódromo Condesa, Roma, Juárez, y Polanco entre otras, para llevar a vivir a una chusma de resentidos sociales mantenida por nosotros y que nunca trabajaron para vivir ahí, siempre en el arrabal (Batres, Alcalde, Noroña, etc.). 

El entonces jefe de Gobierno de Ciudad de México, Martí Batres, presentó una reforma a la Constitución local sobre propiedad privada, pública y social, aprobada por unanimidad en el Congreso capitalino el 22 de agosto del 2024 y publicada en la gaceta oficial,  alimentado la polémica de que la “propiedad privada desaparece” en la ciudad, una falsedad, escribió la propagandista del régimen Beatriz Guillén en el diario El País. 

Haber homologado la famosa Ley de Vivienda de la Ciudad de México con el artículo 27 constitucional, implica una torcida interpretación de un híbrido del Cártel de Medellín-Tupamaros, los nuevos "Robin Hood", redistribuyendo riqueza de los ricos a los pobres; “la construcción es suya, la tierra es del Estado”.

Artículo 27.- “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional corresponde originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada”.

Aquellos inmuebles en las colonias mencionadas que se encuentren deshabitados, serán expropiados a sus propietarios por “utilidad pública” y pagado en forma miserable; las casas que sean ocupadas por un pareja al marcharse los hijos y tengan espacio “de sobra” considerará el Gobierno de la Ciudad de México, correrán la misma suerte, y ya, sin el Poder Judicial que nos defienda, nada que hacer.

Aún más, Banamex recordó que durante casi seis décadas la congelación de rentas provocó el despoblamiento del centro histórico capitalino, una reducción en la oferta de vivienda en alquiler y una marcada disminución en el mantenimiento de inmuebles, generando deterioro físico y conflictos sociales.

El plan va más allá, en el fondo, al margen de lo sufragios, se pretende infectar de resentimiento social a las clases progresistas, aspiracionistas, desde su núcleo social, infiltrándolos con ignorantes y fanáticos propagandistas, convirtiendo en adoctrinadores a los trabajadores de prestadores de servicios, y personal doméstico que labora en estas zonas, los que terminarán en radicales promotores y espías del Estado en cada negocio, en cada casa.

Una predecible subversión…