El priísta que engañó y robó a México

“El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan ”

Pablo Neruda

Debería avergonzarnos que un ignorante, un resentido social como Andrés Manuel López Obrador, el mejor alumno de los Salinas de Gortari, hay sido capaz de construir la narrativa que el pueblo necesitaba escuchar, para después difundirla municipio por municipio, comunidad por comunidad, para después arribar con facilidad a la Presidencia de la República y de ahí saquear impunemente arcas y recursos del país. 

Supo rodearse de los iconos más rancios de la corrupción del priísmo, con la suficiente cara dura y experiencia para acompañarlo en “el Robo del Siglo”, repartiéndoles migajas de los billones de pesos que obtuvo y obtiene; corrompió a la élite de las Fuerzas Armadas, principalmente al ejército, para evitar un golpe de Estado; a la Marina Armada de México le “convidó” el control de aeropuertos y aduanas.

La obra pública de infraestructura la entregó a la nueva empresa DEFENSA S.A. de C.V. (Sedena). Toda la obra que ha realizado ha sido más que mediocre, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya, etc.además a costos inflados hasta en un 1000% de su valor comercial.

Para complementar la primera parte de su estrategia, vino construyendo una fructífera relación con el Cártel de Sinaloa (CDS), que financió sus dos últimas campañas presidenciales, según información de los servicios de Inteligencia de la Sedena (Guacamaya Leaks), a cambio de impunidad para elaborar, y exportar a los Estados Unidos fentanilo, metanfetaminas y cocaína, entre otras sustancias prohibidas para uso lúdico.

Posteriormente al robo de fideicomisos y fondos públicos de la nación, a la extorsión a los empresarios con la “venta” de tamales de chipilín a precios millonarios, y de reagrupar a lo que él llamaba “la mafia del poder”; continuó con los presupuestos de los medicamentos que provocó más de 700 mil muertes por Covid, más de 5 mil niños con cáncer, el colapso del sistema de salud. 

Por sino fuera suficiente, modificó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, corrompiendo a hambreados legisladores de Morena, Partido del Trabajo, Partido Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano, que en su vida habían vestido ropa de diseñador, comido en restaurantes gourmet y bebido champagne Dom Pérignon; a los del Partido Revolucionario Institucional, a su dirigente “Alito”, AMLO lo agarró de los tanates para sirviera de comparsa.

Después de haber acabado con las instituciones, entre estas el INAI ¡Viva la opacidad! Ahora, terminará con el Instituto Nacional Electoral (INE), que maneja a su antojo a través de su presidente consejera Guadalupe Tadei, como lo hizo con el Poder Judicial, también los plurinominales y las prerrogativas a partidos políticos, a la titular Poder Ejecutivo Federal la mantiene sumisa con correa, que en ocasiones afloja un poco para no reventar la liga.

En el 2030, el pueblo bueno y sabio votará a mano alzada para seguir recibiendo las migajas para su sobrevivencia, mientras AMLO y su prole viajan por el mundo derrochando millones de dólares, con escoltas y en aeronaves militares. Hay que ser muy pinches agachones para seguir tolerando a un ladrón y su familia mientras México agoniza de hambre y falta de dignidad.

Habrá que subvertir el orden… y las ideas