Las protestas ciudadanas se radicalizan ante un gobierno mitómano y demagogo, al que la gente le perdió la confianza, no solo en sus compromisos firmados, sino por una artera represión por su grupo de  “halcones”, que lejos de apaciguar los ánimos y protestas, ha encendido un reseco pastizal ante las políticas del bienestar y los excesos de un voraz saqueo del gobierno, políticos y gobernantes de Morena.

La presidenta sabe que el país está en ebullición, que de sus sótanos han salido a la superficie sinnúmero de sectores sociales, específicamente los productivos, mientras el respaldo de los sectores de adultos mayores y grupos de políticos y mandatarios parásitos parecen no ser suficiente para contrarrestar la exigencia de justicia y mejor gobierno.

Tan grave es la situación para el gobierno de Morena, que ya se habla del regreso de López Obrador a una campaña nacional ante el fracaso de la presidenta. 

Su regreso al ring político se antoja misión imposible por una sola razón: AMLO está vetado por el gobierno de Donald Trump, y sentenciando por Marco Rubio secretario de Estado, que señala directamente al expresidente como el causante de la inundación de fentanilo en Estados Unidos y sus más de 100 mil muertes al año, mientras la presidenta sigue alimentando con miles de millones de dólares y petróleo a la dictadura cubana y otorgando respaldo político a Nicolás Maduro.

El país no tarda en explotar, el asesinato de Carlos Manzo y la represión contra los opositores al gobierno de Morena, despertó al mexico bronco, que hoy se coloca del lado correcto en contra de la injusticia. La presidenta dirá lo que cada conferencia mañanera: “que no entiende, que las puertas de su gobierno están abiertas, que hay diálogo”, pero también abusos del poder y represión, que sistemáticamente niega, pero ni ella se lo cree, su rictus la delata.

Lo advertimos nada es para siempre