Terrorismo y corrupción

“México es tan grande, que llegaron los españoles y no se lo acabaron, luego los franceses y tampoco, después los gringos y se llevaron la mitad, llegó Morena y tampoco han podido acabarlo. ”

Martín Alvarado Martínez

Omar García Harfuch: Terrorismo (RAE).- Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.

Antes de abordar los temas que ocupan este editorial, a partir de esta fecha se dejará de mencionar a la señora Claudia Sheinbaum Pardo, sería injusto desperdiciar el tiempo mencionando a una empleada más contratada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El “mesías tropical” a 7 años de su arribo a la Presidencia, entre otros tantos males, trajo consigo las prácticas terroristas y con ellas un estado de pánico general, aprendidas de los instructores musulmanes, iraníes para ser preciso, utilizando explosivos plásticos C-4, al amparo de la inmunidad de la 4T.

De nada sirvió que el secretario de seguridad ciudadana saliera con su “batea de babas”, a declarar que el coche bomba que detonó frente al cuartel de la policía comunitaria, conducido por un “mártir” al más puro estilo yihadista, “guerra santa” en el nombre de Alá, no fue un acto terrorista, sino delincuencia organizada por tráfico de armas, sin aportar prueba alguna.

Por otra parte, de nada ha servido al presidente López Obrador haber llegado a la Presidencia con la bandera del combate a la corrupción de los neoliberales, de los conservadores, que al primer año de su gobierno lograría un “ahorro” de 500 millones de pesos producto de la corrupción, y así su sarta de mentiras que ya no es posible ocultar. 

Obrador llegó con una banda de hampones, sin capacidades, mediocres, promiscuos, con títulos universitarios y postgrado patito, ágrafos; es tal el grado de corrupción, que el cárcamo del país en lugar de bombear agua potable a la superficie, derramó restos de miles de ciudadanos asesinados, inundando el país con ese hedor característico de los cadáveres en que convirtieron a este gran país, y que aún así, respira.

¡A México le urge una mujer como Maria Corina Machado!