Como se ha venido comentando desde hace tiempo entre los lectores del diario La Jornada, y pro parte de los trabajadores del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor), desde la llegada de Carmen Lira Sade a la dirección del diario, puso toda la estructura al servicio de López Obrador, generando con ello una importante baja en las ventas, y con ello el injusto despido de muchos trabajadores.

De nada sirvieron los esfuerzos del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Ifeigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, Carlos Payán, Vicente Rojo, Rufino Tamayo y Francisco Toledo, pero también, como se escribió en la portada ¿quienes somos? 

La sociedad en el espejo de las princesas.

Debemos lealtad a los artistas, intelectuales, académicos, periodistas, políticos y escritores que participaron en la fundación del diario, así como a los estudiantes, obreros, amas de casa, profesionistas, campesinos, pequeños empresarios, promotores de derechos humanos, comerciantes, poetas y desempleados que decidieron arriesgar lo único que tenían en la bolsa, el equivalente de veinte o treinta dólares de aquel entonces, y convertirse en accionistas de nuestro periódico; el que esto escribe es uno de estos.

En la madrugada del 19 de septiembre de 1984 asistimos en tropel a los talleres de Alberto Bitar para ver salir de las máquinas los primeros ejemplares de nuestra edición número uno. Hubimos de pasar por el encontronazo entre las expectativas generadas antes de nuestra salida y nuestros primeros números, escasos de páginas, vacilantes en la edición y periodísticamente débiles, aunque apegados a los principios de nuestra línea editorial. 

Por esos días algunos se refirieron al diario naciente como panfleto, hoja parroquial, “La Mejor-nada”, sin embargo, unos meses después ya estábamos tirando veinte o treinta mil ejemplares. 

La razón era que desde la primera edición, nos dimos a la tarea de contar no sólo las versiones, sino también los sucesos de un país que no existía para el resto de los medios. 

Qué pena, que coraje, que nuestro diario haya pasado a formar parte de los activos de López Obrador como si se tratara de un objeto, un mueble, ¡no! estamos hablando de La Jornada, de ese esfuerzo comunitario que nació para dar voz a los que no tienen, pero también, contar no sólo las versiones, sino también los sucesos de un país que no existía para el resto de los medios. 

Hasta eso nos robó el tabasqueño mesías…

DOSSIER

El operativo Auto Seguro, un fraude o se les fueron las cabras.- Como se ha hecho costumbre en la Secretaría de Seguridad Pública de Zacatecas, las cifras alegres y las notas maquilladas son el PAN de cada día para intentar justificar su fracaso para garantizar la seguridad de los zacatecanos y residentes en el estado.

Lo anterior viene a colación por las declaraciones de Ismael Camberos Hernández secretario de Seguridad Pública, el que a cuatro semanas de inicio, el Operativo Auto Seguro que realizan elementos de la Dirección de Policía de Seguridad Vial  (DPSV) reportó el empadronamiento de 21 mil 86 unidades automotrices de procedencia extranjera y la recuperación de 17 vehículos con reporte de robo.

¡Chingón! Diría mi compadre Armando, pero (no podía faltar), de esos 21 mil vehículos extranjeros “empadronados” hasta la fecha no se ha detectado uno solo con algún identificador que asegure que ya fue registrado y empadronado. 

La propuesta generada por el Mtro. Jorge Miranda Castro es excelente, pero si la delegaron para ser puesta en marcha “al aventón”, desde la corrupta Dirección de Policía de Seguridad Vial (DPSV), las expectativas de éxito se reducen a su menor expresión, cero.

Camberos Hernández está como Navarrete Prida con los gobernadores y partidos políticos: “El Gobierno de la República coadyuvará con los gobiernos estatales, a fin de crear condiciones de tranquilidad, paz y bienestar para los ciudadanos” 

¡Ay ajá!