Los miserables…

El gran filósofos Séneca afirmaba: “El poder y el despotismo duran poco”. Lo anterior viene a colación ante la arrogancia y soberbia de aquellos (as) hoy agraciados con cargos al frente de oficinas de Comunicación Social, con ingresos superiores a 15/20 salarios mínimos por día, y que son objetos de ciertos beneficios como: Auto, chofer, combustible, telefonía, etc., pero además, disponen de escuetos presupuestos para la contratación de publicidad gubernamental, en comparación de los asignados por ejemplo a la obra pública.


A partir del momento en que asumen el cargo, y se percatan que además de privilegios no ganados, tendrán personal a su cargo y que de sus decisiones penderán el bienestar de sinnúmero de familias, etc., pareciera que hubieran obtenido un escaño en el Senado de la República por la vía plurinominal.


Mientras los profesionales de la comunicación, arriban al cargo analizando cómo, con qué recursos desarrollarán planes y proyectos para mejorar la comunicación entre sus jefes y la ciudadanía, además de trazar estrategias financieras para hacer más con menos, etc., los primeros en mención, hacen exactamente lo contrario. 


Desde el primer día pretender hacer valer su autoridad mediante el trato déspota y arrogante, recorriendo a la amenaza del despido. Posteriormente calculan sus beneficios personales, y cómo habrán de sacar mayor provecho, para finalmente, utilizar el presupuesto asignado para beneficiar, primero a sus aduladores, luego a los que les ordene su jefe y tercero a los incondicionales, pero ni por equivocación a los profesionales de la comunicación, a los periodistas.


A este fauna del zoo político se le conoce como los miserables. Miserables en su forma de ser, de vivir, de vestir, de comer, de trabajar, de convivir, del trato con la gente, pero sobre todo, miserables en su máxima expresión para lamber el calzado de quien le deben esa posición. 


Hay personas a las que la fortuna no les procura más que miedo de perderla… 


DOSSIER


Primera decisión de Francisco Murillo Ruiseco.- Efectivamente, el Fiscal General de Justicia del estado de Zacatecas, está dispuesto a no dejar pasar la oportunidad de hacer la diferencia entre el antes y después de la Procuraduría y la Fiscalía.


Al interior de la Fiscalía General de Justicia, se preparan para independizarse de la Coordinación de Comunicación Social del gobierno estatal, pues una de las características de las fiscalías en el papis, es la “independencia” del Poder Ejecutivo de las entidades federativas. 


Las actividades de comunicación social, ya no estarán regidas, supervisadas, ni censuradas por la Coordinación de Comunicación Social del gobierno de Zacatecas, como tampoco tendrá injerencia Rocío Aguilar, vocera de Seguridad Pública del gobierno estatal.


Esperemos que se haga realidad, no solo la independencia mediática de la Fiscalía del gobierno del estado, sino principalmente del titular del Poder Ejecutivo estatal, pues redundará en un mejor y más imparcial desempeño, que beneficie la impartición de justicia en favor de una ciudadanía escéptica de las instituciones…