Niños sin país

La llamada “Cero tolerancia” en la política migratoria del gobierno de Donald Trump genera intensos y dolorosos dramas tras la obligada separación de padre e hijos, posterior a su detención en la frontera sur de los Estados Unidos tras su ingreso en forma ilegal. 

De acuerdo con un video de las autoridades fronterizas de Estados Unidos, cientos de adultos y niños detenidos permanecen en instalaciones en McAllen, Texas, encerrados como animales en jaulas metálicas, violentando con ello sus más elementales derechos humanos.

Más de 2,300 niños migrantes han sido separados de sus padres desde abril, cuando el gobierno estadounidense lanzó su política migratoria de cero tolerancia, señaló ProPublica.

A pesar de esta gravísima situación que data por lo menos desde enero del año en curso, el aún inquilino de Los Pinos y copartícipes,  absortos en búsqueda de la urgente impunidad para los años subsiguientes ante su rapante corrupción, y por supuesto, autoría intelectual de una gran mayoría de los más de 100 mil homicidios dolosos, además de los 46 periodistas asesinados, retoman hasta ahora el tema de estos niños abandonados por el gobierno de “su país”.

México, Colombia, Ecuador, Guatemala y Honduras solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que exija al gobierno de Estados Unidos interrumpir la separación de niñas, niños y adolescentes migrantes de sus familias, y que adopte las medidas cautelares necesarias para protegerlos, publicó Proceso.

Sin embargo, la postura de Donald Trump ante los airados e débiles reclamos de país latinoamericanos, es y por lo visto será: “Aquí mando yo” y Estados Unidos no será un centro de detención permanente de migrantes, como viene sucediendo en países de Europa, mientras el gobierno de México simula defenderlos.

En este tenor, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, anunció el martes que Estados Unidos se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; la medida de la administración Trump, se produjo un día después de que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos criticara la separación de los niños de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México calificándola de “desmedida".

Desde este modesto espacio, reitero mi más enérgico repudio al valemadrismo y falta de huevos (literal), del desgobierno de Peña Nieto, ante las agresiones del gobierno de Donald Trump en contra de cientos de indefensos niños, pero sobre todo, la orfandad institucional en que han dejado a estos pequeños, que su único pecado ha sido, que sus padres hayan nacido en un gran país, pero con un gobierno de mierda…